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Mi camino al éxito

PARÍS

Yo ya os he hablado de mis sueños cumplidos de mi trabajo y de mi familia, pero también es importante tener premios cuando se trabaja mucho como yo. Así que en mis vacaciones del año pasado (porque es muy importante descansar) hice el viaje de mis sueños.

Mi deseo era ir a Paris y pude cumplirlo.

Fui a la ciudad el amor.
Nos fuimos una amiga mía, mi madre y yo, la fecha fue el día treinta y uno del mes julio hasta el día cuatro de agosto y llegamos a un hotel de lujo.
Vimos muchos sitios y hemos hecho muchas fotos.
Lo primero , fuimos a ver la torre Eiffel y me encantó mucho, después fuimos a otro sitio y era a un parque para descansar de caminar tanto. Nos fuimos a Notre Dame y hemos estado en un crucero por el río, después entramos a una iglesia y me encantó mucho y, cuando se hizo la hora de comer, fuimos a un restaurante súper chulo, luego fuimos a una terraza para tomar un té.
Al día siguiente nos fuimos al Arco del Triunfo y me fascinó mucho y por la noche fuimos a la torre Eiffel otra vez, nos subimos a la segunda planta vimos la vista de todo París y hemos bajamos a cenar, después nos fuimos al hotel para dormir.

 

Otro día, fuimos a Disneyland Paris y vi a Pluto y a Goofy que me firmaron mi libreta, luego a Minnie, que también me firmó y me hice fotos en los dos sitios.

Estuve con Mickey, me firmó y me hice fotos y luego hemos ido a la cabalgata de Frozen que me encantó mucho. Más tarde fuimos a otra cabalgata que salían todos los personajes y me fasicinó mucho y fuimos a un teatro de Star Wars que me encantó.

Otro día estuvimos en una iglesia que vi por dentro y hemos hecho muchas fotos. Más tarde fuimos a ver el Moulin Rouge y me encantó mucho y fuimos a comer hamburguesa de patata, steak tartar y queso, ¡estaba buenísimo!

Ir a París fue una oportunidad y otro sueño cumplido y estoy deseando tener vacaciones otra vez para irme de viaje a más sitios y aprender muchas cosas nuevas.

Me despido con mucho cariño y también amor.

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Disciplina y más disciplina

Cuando empezamos nuestro proyecto, el espacio-tiempo se nos suele echar encima. Y pese a la perseverancia, vemos que el momento de cosechar… está muy lejos.

¿Y qué podemos hacer?

A menos que se haya inventado la máquina del tiempo y yo no me haya enterado, no puedes hacer nada más que trabajar y trabajar. Es el tiempo de siembra.

 

Y no es un tiempo fácil, ¿o piensas que el agricultor que salía al campo a las 5am a poner las semillas, llevar al burro, arar la tierra, etc. no se cansaba?

Este agricultor sabía que si para el verano quería recoger tomates, sandías y melones, tenía que levantarse a las 5am día sí y día también. Sabía que requería de una disciplina y, que si no cumplía con esos mínimos, seguramente a su cultivo se lo comerían los pulgones, o morirían de sed si no se regaban todos los días…

 

Con lo cual debemos tener en cuenta que:

El plan de trabajo y nuestra disciplina para llevarlo a cabo es tan importante como nuestra idea.

La llamada ejecución del proyecto.

Porque… ¿de qué nos sirve nuestra idea, si no tenemos disciplina para llevarlo a cabo?

 

¿Qué suele pasar entonces?

Que abandonamos un proyecto que no avanza.

 

Planifica tu trabajo, sé consciente de cuánto tiempo tienes que invertir al día y luego cumple esos objetivos diarios. Es mucho mejor ver que tu proyecto avanza día a día, que sólo en la meta final. E incluso para hacer la siembra más llevadera, a partir de 5 objetivos cumplidos, prémiate. No todo tiene que ser sufrimiento, que para eso estás invirtiendo en tu proyecto. Es más, al igual que para la gran alegría y bendición de la agricultura, cuando se inventó el regadío, el pobre señor no tenía que regar planta por planta, ¿puedes encontrar alguna solución mejor en tu proyecto? No hay que cerrarse puertas en cuanto a la forma de ejecutar nuestras ideas.

 

Cómo dijo el gran Frank Underwood en House of Cards:

“-¿Cómo se devora una ballena?

-Bocado a bocado”

Así que… ¡mucho ánimo con vuestra ballena particular!

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First step

Un pequeño paso puede suponer un gran cambio si sabemos como darlo.

La mayoría de las personas que entran a un gimnasio es porque buscan mejorar algo en ellos mismos que no pueden hacer en otro lado. Fácil y simple.

Casi siempre, todos esos objetivos que tratan de alcanzar son puramente estéticos, pocas veces se parte de la base de encontrar un fin saludable, lo que por desgracia conlleva a un estado de crispación entre aquellos que practican algún deporte cuando ven que no alcanzan aquello que creían que iba a costarles algo de dinero, y un poco de dedicación.

Gran error.

Lograr un cuerpo “perfecto” solamente está al alcance de unos poquitos privilegiados. Intervienen muchísimos factores y, aún dedicándole todo el tiempo del mundo, será prácticamente imposible alcanzarlo. ¿Cuál es el problema? ¿Qué estás haciendo mal ? La respuesta es fácil… te lo has tragado. Te has creído que con un poco de gimnasia ibas a ser como aquel o aquella modelo de revista que luce impecable en las portadas de todos los kioscos o como esos actores y actrices que aparecen en las películas con cuerpos que parecen estar esculpidos por el mismísimo Miguel Ángel.

Un ilusionista solo deja que veas aquello que él quiere y oculta todo lo demás.

Podríamos decir que vivimos de acuerdo a una serie de estereotipos definidos por la sociedad, una sociedad que se comporta constantemente como ese gran ilusionista que trata de dejar a su paso un gran show. Puedes seguir buscando la gallina de los huevos de oro, el santo grial o el método que sea capaz de actuar como la panacea universal; sin embargo, la vida no es ni blanca ni negra, suele tener una tonalidad algo más gris.

No puedes dejarte vencer por aquello que no puedes lograr porque quizás esos objetivos siempre fueron irreales. Hoy en día te han hecho creer que todo depende de ti mismo y, en parte, está bien porque te da el coraje para intentarlo, pero también tiene su parte de crueldad ya que esa no es la realidad. Hay cosas que no podemos lograr y ello no debe de condenarnos al fracaso, todo lo contrario. Deberíamos de sentirnos orgullosos por haber dado el máximo de nosotros mismos y haber alcanzado aquello que sí estaba en nuestra mano.

La próxima vez que vayas a un gimnasio, no te desanimes al poco tiempo de empezar si no consigues ese objetivo que tenías en mente cuando viste a alguien al que te querías parecer. Piensa que puedes mejorar algo que es único e irrepetible: te puedes mejorar a ti mismo.

Ve para mejorar no solamente a nivel estético sino también funcional. Despeja tu mente, corrige tu postura, elimina cualquier tipo de molestia que te afecte en tu día a día y, sobre todo, pásatelo bien para que cuando salgas de allí quieras volver al día siguiente.

Si consigues que tu práctica deportiva no te suponga un estrés añadido sino que te ayude a mejorar en tu trabajo, te haga mejor persona, mejor amigo y mejor pareja, ese pequeño paso habrá valido la pena.
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Sueños cumplidos

Ahora que ya me conocéis y que os he contado muchas cosas íntimas mías, quiero contaros cosas que me pidieron Anna y Adrián de The Gate, para que veáis que mi vida está llena de muchos éxitos y que he conseguido muchas cosas que yo quería conseguir.

Hoy voy a hablaros de mis sueños cumplidos.

Desde pequeña yo tenía muchos deseos que quería cumplir y yo los cumplí todos mis deseos.

Lo primero es que tengo una familia genial en Venezuela y también bailaba flamenco y tenía un yate que se llama “Samanthamar”.

Estudié en un colegio que se llama “Valle Abierto”, pasó mucho tiempo y me fui a Alicante y estudié en un colegio que se llama “Voramar” con mis chicas y muchos amigos.

Cuando acabé el colegio, pasé al instituto “Cabo de las Huertas” y cuando acabé cuarto de la E.S.O. tuve un título firmado por el Rey de España.

Luego pasé a la Asociación Síndrome de Down y gracias a Paola conseguí trabajo hace ocho años y tres meses que era mi deseo desde que era pequeña: trabajar en un supermercado.

¿Cómo yo lo hice para conseguir mis sueños? Pues lo primero, trabajar mucho y practicar mucho, después esforzarme mucho para que los demás vean que yo soy capaz, y hasta ahora que yo sigo siendo muy trabajadora y quiero seguir cumpliendo mis objetivos.

Me despido con muchos abrazos para todos y mucho amor.

“¡Los sueños se cumplen!”