Categorías
Gestión Psicologia

¿Miedo a perderte algo?

¿Alguna vez has sentido que el tiempo vuela y que estás continuamente en marcha? Las obligaciones laborales y familiares combinadas con la vida social, pueden generar días completos de compromisos e incluso estrés (y en estas fechas festivas que se acercan, incluso más). Si eres de los que se dice a sí mismo “la vida son dos días”, puede que te resulte complicado rechazar planes u oportunidades de conectar con los demás.

Esto es lo que se llama FOMO: Fear Of Missing Out en inglés, que sería algo así como el miedo a perderse algo.  Podría parecer una cosa buena porque te empuja a estar activo y te ayuda a mantenerte en contacto con tus allegados pero, desgraciadamente, esta urgencia de estar con todo el mundo en todas partes tiene consecuencias negativas para tu bienestar.

¿Qué podemos hacer?

 

1. Las redes sociales te engañan.

Tanto Facebook como Instagram quieren enseñarte lo que te estás perdiendo cuando optas por no acudir a ciertos sitios o eventos. Es la versión virtual de poner el dedo en la llaga: ¡todo el mundo está feliz y sonriente!

Recuérdate cada cierto tiempo que la gente sólo publica sus mejores fotos, no es la realidad de su vida.

 

2. Prueba el “maravilloso no”.

Si al miedo a perderte algo le sumamos que te gusta agradar y satisfacer a los demás, entonces decir que no puede parecer imposible, ¡pero no lo es! No hay nada malo en decir que no y puede ser la mejor manera de auto-cuidado.

Recuerda que puedes ser un buen amigo o familiar aún estando cansado y estresado; quedarte en casa descansando puede ser una de las mejores formas de ser buen amigo.

 

3. Ten amistades valiosas.

Es un buen ejercicio escribir las actividades que has realizado en el último mes y las personas con las que has estado. Tras hacerlo pregúntate: “¿Estas personas me llenan? ¿Me apoyan e inspiran?”.

Si es que no, puedes decidir invertir tiempo en que así sea enriqueciendo tu amistad, o decidir reducir las interacciones. Enriquecer tus relaciones te llenará de energía en lugar de quitártela.

 

4. Cambia tu perspectiva.

¿Qué pasaría si, simplemente, pudieras sentirte contento por aquéllos que se lo están pasando bien aunque sea sin ti? Esto puede ser poco natural al principio, pero es algo que podemos practicar.

Intenta repetirte a ti mismo: “Estoy feliz de tu felicidad”.

 

5. Presencia plena.

Se habla mucho del mindfulness y de sus beneficios y es que también puede ayudarnos a reducir el FOMO. ¿Y si intentamos centrarnos en lo que estamos haciendo en lugar de imaginarnos cómo sería estar en el evento que nos estamos perdiendo?

Si estás en el sofá tomándote un té, intenta oler el arome de la infusión, intenta sentir lo cómodo que estás, intenta sentir agradecimiento por poder descansar e irte temprano a la cama o, simplemente, intenta respirar profundamente y disfrutar del momento actual.

 

Decíamos antes que se acerca una época de muchos planes, ¡ojo con el FOMO que está al acecho! Intenta seguir las sugerencias anteriores y cuéntanos qué tal te han ido.

 

¿Quieres conseguirlo?

 

Categorías
Novedades Psicologia

¡Qué curioso!

“Prefiero que mi mente se abra movida por la curiosidad a que se cierre movida por la convicción”

-Gerry Spence.

Desde que nacemos, lo que nos lleva a crecer, evolucionar, aprender, adaptarnos a los cambios y afrontar la novedad es nuestra curiosidad. La curiosidad es inherente al ser humano aunque no todos la vivimos igual: hay quien es curioso en cuanto a adquirir conocimiento, hay quien es curioso en cuanto a saber acerca de la vida de los demás y hay quien es curioso con respecto a saber el funcionamiento de algo en concreto.

¿Eso quiere decir que todo tipo de curiosidad nos sirve para lo mismo? No. Si quieres saber más acerca de los beneficios de mantenerte curioso, echa un vistazo a este eBook.

Kashdan y sus colaboradores nos hablan de varios subtipos de curiosidad que pueden ayudarnos a resolver mejor los conflictos y tomar mejores decisiones.

 

Dimensiones de la curiosidad:

1. Exploración alegre.

Es lo que conocemos normalmente como curiosidad, el reconocimiento y deseo de buscar nuevo conocimiento e información, y la posterior alegría de aprender y crecer.

2. Sensibilidad a la carencia.

Esta dimensión tiene un componente emocional distinto, más que alegría, aparecen la ansiedad y la tensión al intentar gestionar ideas complejas o abstractas, solucionar problemas o reducir brechas de conocimiento.

3. Tolerancia al estrés.

Esta dimensión nos ayuda a incorporar la duda, la confusión, la ansiedad y otras formas de estrés que nacen al explorar eventos nuevos, inesperados, complejos, misteriosos o confusos.

4. Curiosidad social.

Es querer saber lo que otras personas están pensando y haciendo, observando, hablando o escuchando conversaciones.

5. Búsqueda de emociones.

El deseo de tomar riesgos físicos, sociales y financiaros para adquirir experiencias variadas, complejas o intensas.

 

Personas curiosas:

Además de estas dimensiones, también se diferencian cuatro tipos de personas curiosas.

1. Los fascinados.

Puntúan alto en todas las dimensiones de curiosidad, sobre todo, en la exploración alegre.

2. Los solucionadores de problemas.

Puntúan alto en la sensibilidad a la carencia y medio en el resto.

3. Los empáticos.

Tienen mucha curiosidad social y media curiosidad en las otras dimensiones.

4. Los evitadores.

Puntúan bajo en todas las dimensiones, en especial en tolerancia al estrés.

 

En conclusión, la curiosidad es bastante más sofisticada de lo que pensamos y conocemos. Sólo con conocer mejor esta complejidad ya podemos hacerle justicia cultivando la curiosidad en nosotros mismos, nuestros trabajos y los colegios (para incorporarla en las futuras generaciones).

¿Y tú? ¿Qué dimensiones de la curiosidad tienes más desarrolladas? ¿Qué tipo de curioso eres? Desarrolla aún más tu curiosidad aquí.

 

¿Quieres conseguirlo?

 

Photo by Bing Han on Unsplash
Categorías
Novedades Psicologia

Sin remordimientos

“Termina cada día sin remordimiento ni pesar alguno. Hiciste lo que pudiste.”

-Ignacio Novo

Existe una parábola budista llamada “La segunda flecha”. La historia cuenta que en la vida, el dolor es inevitable y lo experimentaremos a través de pérdidas, traciones, diagnósticos o pesares. El dolor puede compararse con ser disparado por una flecha que está ajena a nuestro control, sin embargo, cuando nos estancamos intentando sacarnos la flecha y quejándonos de ella para demostrar a los demás que hemos sido “disparados”, el dolor, la rabia y el sufrimiento posteriores son nuestra responsabilidad. Esta es la segunda flecha.

Y, ¿cómo hacemos para evitar esta segunda flecha?

 

1. Gratitud

Ser verdaderamente agradecido te mantiene en el aquí y el ahora porque el agradecimiento está ocurriendo en el momento actual independientemente de cuándo tuvo lugar la causa de tu agradecimiento.

 

2. Regla de los no y-si…

Darle vueltas al cómo podría haber sido te impide avanzar, y te dará la sensación de que tus pensamientos entran en bucle pasando por todas las opciones de lo que podrías haber hecho de manera diferente. Identifica cuándo tienes un pensamiento de ese tipo y céntrate en seguir adelante.

 

3. Físico

Ve a una clase de danza, de yoga o prueba el surf o el patinaje. Cuando eliges una actividad que requiere de tu concentración para mantener el equilibrio o memorizar una serie de movimientos, tu cerebro estará ocupado haciendo algo más que rumiar acerca de tu pasado.

 

4. Lista de tareas

Tener un plan te previene de sentirte perdido. Si llenas tu día de tareas importantes para ti, tendrás algo a lo que aferrarte que te protegerá de caer en el hoyo de los arrepentimientos.

 

5. Salir

La naturaleza es un botón de “reseteo” para tu cerebro dado que los químicos que segrega cuando estás en contacto con el sol o con el aire limpio te ayudan a prevenir sentimientos de tristeza, enfado o ansiedad.

 

6. Mantra

Empieza tu día con un mantra o una afirmación. Si inicias tu actividad con un pensamiento del tipo: “Hoy es el primer día de algo especial” o “Me ilusiona pensar en lo que el día de hoy puede aportarme”, podrás mantenerte en el presente y el futuro.

 

7. Highlight

Dormir puede dificultarse si tus pensamientos giran alrededor de lo que podría haber sido. Intenta centrarte en tus bendiciones en lugar de contar ovejas y ayudarás a tu mente a hacer una transición agradable entre la vigilia y el sueño, mientras que la preparas para un buen inicio a la mañana siguiente.

 

8. Evita las comparaciones

Las redes sociales nos muestran lo que los demás destacan de sus vidas, asegúrate de no comparar sus “highlights” con tu vida sin editar. La vida no es un concurso, donde estás ahora mismo es perfecto para ti, si no, no estarías ahí.

 

¿Quieres conseguirlo?

 

Categorías
Psicologia

Por qué ser auténtico es tu clave para el éxito

Nacemos con un propósito que alcanzar, como si nuestro alma tuviera una personalidad propia y un plan que ejecutar aquí en la tierra. Este es nuestro verdadero ser, lo que el alma irradia y disfruta. Lo que pasa es que muy a menudo nuestros padres, la sociedad, nuestros profesores, etc. tienen otros planes en mente para nosotros y, en este proceso, nos volvemos más y más programados olvidándonos de nosotros mismos y, lo que es peor, temorosos de mostrarnos.

La autenticidad es la clave para atraer lo que queremos en la vida, es un imán que nos dirigirá a la gente y a las experiencias correctas y, en consecuencia, al éxito.

 

Alma VS. Ego

El alma (o como quieras llamarlo) es la forma más auténtica de nosotros mismos aunque no siempre le hacemos caso.

¿Escuchas a tu alma cuando te dirige hacia una experiencia o persona?

El ego, en la mayoría de los casos, interviene para decirnos que es una tontería o que los demás pensarán esto o aquello… ¿Por qué? Porque al ego solo le preocupa ser aceptado y gustar, ¡es su trabajo principal! El ego quiere sobrevivir, ser alimentado y encajar dondequiera que vamos y, además, al ego le encantan los estándares de la sociedad porque es un “Libro de normas” fáciles de seguir para asegurarnos de que seremos vistos y bien valorados.

El alma, por otro lado, no tiene miedo a gustar o no gustar, tiene la verdad absoluta sobre nuestro poder, nuestra felicidad y el amor incondicional, puede sentir cuando las experiencias son profundas o superficiales y, además, es la parte más intuitiva de nosotros mismos por lo que puede llevarnos a vivencias auténticas si le dejamos liderar.

¿A quién vas a darle el poder hoy?

 

Los juicios

Cuando empezamos a conectar con nuestro verdadero ser y a actuar en función de él, ya sea por necesidad de aceptación, de inclusión o de complacer a aquellos que queremos, los juicios acaban apareciendo. A veces, los de nuestro alrededor juzgarán porque estamos incorporando actitudes, pensamientos o emociones a nuestras rutinas que son nuevos o que eran desconocidos para ellos, pero ¡no es culpa tuya! Todos necesitamos un periodo de adaptación y ellos también lo necesitarán.

Desafortunadamente, dependiendo de ciertas situaciones o temas, existe la posibilidad de que alguien decida alejarse de tu vida por los cambios que has incorporado (la mayoría de las veces es porque están demasiado asustados de ser juzgados ellos mismos).

La gente puede decidir excluirse de la vida de alguien si esta persona ha hecho público su punto de vista, su opinión o sus actos en temas como las tendencias sexuales, la religión, la política o causas activistas, sobre todo si es contraria.

La elección de seguir siendo auténtico o seguir perteneciendo al grupo es nuestra y es totalmente personal pero… si estamos recibiendo amor por no ser nosotros mismos, ¿cómo de real es ese amor? Hay mucha más gente en el mundo que amará nuestra versión más auténtica e íntima.

 

La autenticidad es amor propio.

Muchas veces la gente se pregunta que cómo alguien con mucho dinero puede sentirse infeliz o cómo alguien que es muy querido por la gente no se quiere a sí mismo. La única respuesta a esas preguntas es: ni el uno ni el otro están siendo auténticos.

La autenticidad no sólo nos provee de éxito y felicidad cara al exterior, también nos provee de un nivel muy profundo de amor propio: saber quiénes somos pero también compartir quienes somos libremente con el mundo.

 

4 formas de ser más auténticos

Intenta estos sencillos pasos para empezar.

1. Actúa en función de cómo te sientes.

Atraviesa las dificultades que te ponen el ego y el miedo para expresar tu opinión, tus sentimientos y cómo un determinado tema te afecta a nivel personal. Incluso si no tienes muy clara la teoría o no estás muy puesto en el tema del que se está hablando, siempre puedes recurrir a cómo te hace sentir: “No estoy muy seguro de esto, ni sé cómo sentirme, pero no me está siendo agradable o siento que no estoy de acuerdo”

2. Deshazte del miedo a la vulnerabilidad.

Muchos de nosotros hemos creado muros de protección a nuestro alrededor (es lógico, nadie quiere salir herido), pero deshaciéndote de ellos verás como la seguridad en ti mismo crecerá con el tiempo y, antes de que te des cuenta, la gente se sentirá a gusto con quien eres porque tú te sentirás a gusto con quien eres.

3. Nada está grabado en piedra.

A medida que evolucionas, aprendes y expandes tu conciencia, tus opiniones también se expanden. ¡Tienes derecho a evolucionar! Con esa evolución vienen nuevas maneras de pensar y acostúmbrate porque van a cambiar muchas veces a lo largo de tu vida.

4. Acéptate como un líder.

Tu voz y tu serenidad (que aumentarán) inspirarán a los demás a hacer lo mismo. Esto es porque tu energía cambiará y la gente empezará a notar tu autenticidad que les hará sentir cómodos a tu alrededor. Acepta este rol y serás capaz de difundir alegría y positividad ¡solo por ser tú!

 

¿Quieres conseguirlo?

 

Photo by Marc-Olivier Jodoin on Unsplash

Categorías
Novedades Psicologia

Lo que tus valores te enseñan

Todos funcionamos con cierta manera de entender lo que está bien y lo que está mal, lo que es bueno y lo que es malo, o lo que es peligroso o seguro, pero pocos nos preguntamos por qué pensamos de esa manera o hacemos lo que hacemos.

La mayoría de nosotros estamos en “piloto automático”, avanzando en nuestro día a día y haciendo las cosas según nos han enseñado nuestros padres, compañeros y la sociedad.

Lo que realmente te mueve son TUS VALORES.

 

¿Qué son los valores?

Los valores son una representación interna (una foto, un sentimiento o un sonido) de lo que se codifica en tu mente (casi siempre de manera inconsciente) como las cosas más importantes para ti en determinada área de tu vida.

En psicología, los valores se localizan a un nivel más profundo incluso que las creencias, de hecho, están “impresos” en ti mucho antes que tus creencias y te programan desde pequeño. Se dice que esto sucede entre los 0 y los 3 años, es decir, que a los 3 años tus valores ya están programados.

Hay 3 fases para el desarrollo de tus valores, según Morris Massey:

  • El periodo de impresión (0-7 años): Como una esponja, absorbemos todo los ue vemos, oímos, olemos, saboreamos, tocamos y sentimos.
  • El periodo de modelado (8-13 años): Adoptamos las características de la persona a la que más admiramos o en la que nos queremos convertir. Copiamos a otras personas y probamos distintas maneras de ser.
  • El periodo de socialización (14-21 años): Intentamos determinar dónde encajamos en la sociedad. A medida que vamos desarrollando nuestra individualidad, empezamos a cuestionarnos la programación y las normas anteriores.

Entre los 20 y los 30 años desarrollamos la persona que presentamos al mundo exterior. Esto explica por qué mucha gente no se dedica a lo que estudiaron en la universidad o ni siquiera acaban su carrera universitaria, porque la eligieron con 18 años y ya no se corresponde con quiénes son hoy en día.

Cada uno de estos periodos es clave para desarrollar nuestro conjunto de valores (lo que valoramos como lo más importante para nosotros), y a partir de esos valores, se desarrollan nuestras creencias o convicciones de lo que consideramos verdadero.

 

La importancia de conocer tus valores.

Conocer tus valores es clave para determinar lo que haces con tu tiempo y cómo valores el tiempo invertido. En lo más profundo de tu ser, tus valores te conducen a invertir tu tiempo en cosas que apoyen lo que es más importante para ti; hasta que no conozcas cuáles son tus valores, esto pasa de manera inconsciente.

Tus 5 valores principales son los que más influyen en cómo vives tu vida (aunque tienes más). Convertirte en alguien que conoce sus valores te permitirá tomar mejores decisiones y establecer mejores objetivos.

Puedes conocer más acerca de tus valores aquí.

 

Tus valores deben concordar con tus objetivos y viceversa.

Es importante que tus valores estén alineados con tus objetivos y viceversa, si no se apoyan directamente los unos a los otros, te encontrarás con conflictos internos continuamente.

Si valoras como importante la abundancia económica en los negocios y aceptas un trabajo asalariado que no concuerda con el estilo de vida que quieres, siempre estarás frustrado y sintiendo que vives en conflicto.

Si valoras como importante una comunicación abierta en una relación y la persona con la que compartes tu vida no se abre y no se comunica, habrá conflicto.

Coordinar tus decisiones para apoyar tanto tus valores como tus propósitos te ayudará a conseguir las cosas que quieres conseguir en la vida y esto es algo que, la mayoría de las veces, está bajo tu control.

Otra forma de conflicto de valores se da cuando tienes dos valores que son positivos pero que compiten el uno contra el otro.

Valores el dinero y la libertad en tu carrera profesional. Para ganar más dinero, trabajas más y más, pero tu libertad empieza a coartarse y grita: “¡Ey! ¿Y yo?”. Dándote cuenta del desequilibrio, empiezas a hacer cosas que te aportan más libertad como tener más tiempo libre y vacaciones, y trabajar menos. Cuando tu valor por el dinero no se alcanza, empieza a gritar: “¡Ey! ¿Y yo?”. Y este ir y venir se convierte  en un ciclo.

Este tipo de conflicto requiere que armonices tu vida equilibrando tus distintos valores. Necesitas hacer compromisos contigo mismo y aceptar que puede que haya periodos de ajuste antes de ese periodo de equilibrio feliz.

Empieza escribiendo tus valores principales de cada área fundamental de tu vida y empezarás a encontrarte en el camino de alinear tus objetivos con lo que es verdaderamente importante para ti. Vivir este tipo de vida equilibrada te traerá nuevas alegrías, nuevas experiencias y nuevas satisfacciones.

¿Quieres conseguirlo?

 

Photo by Kelly Sikkema on Unsplash

Categorías
Psicologia

Cómo hacer tus sueños realidad

Cuando hablamos de hacer los sueños realidad hablamos, en cierta manera, de deseos. Más allá de las necesidades básicas del ser humano: oxígeno, agua, comida y refugio (suficientes para sobrevivir), nos inventamos incontables “necesidades” a las que llamamos deseos.

Todos hemos experimentado que algunos de nuestros deseos se hacen realidad y otros no. Eso está claro y todos lo sabemos pero cómo interpretamos y gestionamos este hecho es muy diferente entre todos nosotros. Si le preguntas a alguien:

¿Cómo consigues lo que quieres?

¿Cómo haces tus sueños realidad?

Las respuestas que vas a conseguir son muy diferentes y no siempre compatibles con la realidad.

Piensa en la cantidad de mensajes confusos que hemos recibido a lo largo de nuestras vidas:

  • Los deseos se cumplen y los sueños se hacen realidad si trabajas lo suficientemente duro y nunca dejas de luchar por lo que quieres.
  • Los sueños se hacen realidad solo si tienen que ser. No depende de lo que hagas, el destino o el karma es más fuerte.
  • Es cuestión de suerte que unos deseos se hagan realidad y otros no.
  • Hacer tus sueños realidad es una cuestión espiritual: las oraciones y la meditación son fundamentales.
  • Los sueños se hacen realidad por la gracia de Dios. Para hacer tus sueños realidad debes entregarte a la voluntad divina.
  • ETC.

Normalmente, elegimos entre los mensajes anteriores y, en consecuencia, tenemos una imagen del deseo muy confusa. Satisfacer un deseo puede requerir trabajo duro y todo lo contrario.

 

Los mecanismos del deseo

En nuestra vida cotidiana, estamos unidos a las consecuencias de los deseos, a los resultados; queremos el cheque, la pareja, el aumento, la casa bonita… Parece que si nos centramos en los deseos independientemente de los resultados no somos lo suficientemente listos. Volvamos, por tanto, a la experiencia misma de tener deseos.

Tres personas quieren un trozo de tarta de chocolate. La persona A va a trabajar y gana el suficiente dinero como para comprarse una tarta de chocolate. La persona B llega a casa y descubre que, casualmente, su mujer acaba de preparar una tarta de chocolate para él. La persona C pide tarta de chocolate en un restaurante y le dicen que se acaba de vender el último trozo.

La verdad es que los tres deseos se han gestionado con el mismo mecanismo en nuestra conciencia. Este mecanismo es la intención de hacer algo para conseguir algo independientemente de si el trozo de tarta finalmente aparece (o no).

La intención siempre va a llevarnos a una conclusión (a no ser que se bloquee o se frustre), pero no podemos controlar dicha conclusión o predecir qué patrón va a seguir, por eso el desapego es necesario. Hay tantas variables actuando, incluso en el deseo más simple, que la mente no puede calcularlas todas.

El mismo deseo en las personas A, B y C ha tenido diferentes resultados.

Su intención era la misma pero su mundo interior, no. Tu conciencia es el filtro por el que tienen que pasar los deseos, o mejor dicho, la conciencia es el laberinto por el que las intenciones deben pasar. Por lo tanto, el desapego es simplemente una cuestión práctica: “deja a los mecanismos del deseo que se encarguen de hacerlos realidad sin interferir, cuanto más interfieras, menos probabilidad tienes de conseguir lo que quieres”; es como si añadiéramos giros y callejones sin salida a nuestro laberinto.

SIGUE TUS SUEÑOS pero recuerda esto: los sueños evolucionan igual que nosotros evolucionamos e igual que el universo evoluciona. Ese desapego ocurre de manera natural cuando los deseos que teníamos de niños ya no nos son atractivos, ni los de la adolescencia ni muchos de nuestra vida adulta. Declara, por tanto, tus intenciones y deja que los mecanismos internos que son naturales en nosotros hagan su trabajo independientemente de las consecuencias.

¿Quieres cumplir tus sueños?

¿Quieres conseguirlo?

 

Photo by Jonas Geschke on Unsplash

Categorías
Psicologia

Tu papel en la búsqueda de la felicidad

Las redes sociales están llenas de test para ver a qué princesa Disney te pareces o con qué celebrity compartes tu manera de dormir, parece que esta nueva cultura nos obliga a clasificarnos o tipificarnos según cómo nos comportamos.

¿Es esto limitante? O ¿es simplemente una manera de clasificarte para que conozcas tus límites y puedas manejarlos aceptándolos o expandiéndolos?

 

Preparar el escenario para ser feliz.

Existen dos maneras de conocerse a uno mismo (puedes revisar una de ellas aquí).

Manera 1: Si sabes quién eres, puedes diseñar una vida que te haga feliz. Por ejemplo, si te gusta levantarte temprano y te sientes cómodo en un entorno organizado y predecible, puedes establecer tu vida de manera que te rodees de gente parecida a ti o que entienda cómo eres. Al conocerte a ti mismo puedes decirle a todo el mundo cómo eres y esperar que reconozcan tus necesidades.

Esta manera prepara tu entorno para que sea fácil que seas feliz.

A simple vista, es una forma inteligente de ser más feliz. Concer cosas sobre ti mismo (¿ahorras o gastas? ¿Eres analítico o emovional? ¿Eres introvertido o extrovertido?) puede contribuir a tu felicidad. Sin embargo, si te estancas en necesitar que los demás se adapten a tus necesidades individuales, tu felicidad puede reducirse.

Hay una línea muy fina entre reconocerte a ti mismo y acomodarte en ti mismo con este enfoque egocéntrico.

 

Prepararte para el éxito.

Otra forma de pensar algo diferente sobre conocerse a uno mismo es esta.

Manera 2: Entendiendo las cosas que te hacen único, puedes ver en qué puntos eres diferente o igual a los demás y utilizar tus fortalezas y reconocer tus debilidades de una manera que te permita “elegir la felicidad”.

Esto te permite ser más flexible que con la manera anterior.

Saber, por ejemplo, que tienes tendencia a ser perseverante y responsable, puede permitirte entender que tus compañeros de trabajo pueden necesitar más motivación. Saber que te gustan los cambios más que al resto de la gente puede ayudarte a bajar tus expectativas con respecto a cómo tu familia reacciona a tus decisiones. Saber que no te gustan los entornos estructurados te permite elegir un trabajo que no esté relacionado con el ejército en el que la jerarquía es intrínseca.

Saber quién eres no significa que vayas a limitarte con la etiqueta ni que no puedas cambiar o evolucionar. Las personas auténticas son aquellas que saben quiénes son y no les asusta enseñárselo a los demás, debemos elegir ser reales, honestos y enseñar nuestro verdadero ser.

 

Prepara el escenario Y ten éxito.

La manera de combinar las dos opciones anteriores viene cuando encontramos el equilibrio entre la tarea de conocernos a nosotros mismos y de entender que cambiamos todo el tiempo.

Los errores, los retrasos y los obstáculos forman parte de la vida, ¿qué hacemos con ellos? Puedes considerarte introvertido pero ¿y si el trabajo de tus sueños requiere que hables en público?  El equilibrio viene cuando somos capaces de diseñar nuestra vida en función de nuestras necesidades pero también somos conscientes de que nuestras necesidades son temporales.

La tarea, por lo tanto, es lograr conectar con uno mismo para vernos de manera clara y precisa, así, conectaremos mejor con los demás y con nuestra felicidad.

 

¿Quieres conseguirlo?

 

Categorías
Gestión Novedades Psicologia

Maneras de mejorar tu felicidad en el trabajo

Los adultos pasamos la mayor parte del tiempo que estamos despiertos en el trabajo. Considerando que menos de un 50% de la gente está satisfecha con su trabajo, entendemos que la gente está más estresada, más quemada y más infeliz que nunca, ¿no?

Si vas a pasar de 30 a 50 horas semanales en el trabajo, ¿por qué no disfrutarlo lo máximo posible? Afortunadamente, la ciencia nos ha proporcionado información muy útil para que mejoremos nuestra felicidad en el trabajo.

Empleo, carrera o vocación.

Puedes ver el trabajo de 3 maneras:

  • Si ves tu trabajo como un empleo, principalmente estás motivado por el dinero lo que quiere decir que el trabajo significa que te paguen a final de mes.
  • Si ves tu trabajo como una “carrera profesional”, disfrutas del trabjo pero estás motivado por la posibilidad de avanzar. Quieres ascender y ves tu trabajo como el paso previo a algo mejor.
  • Si ves tu trabjo como una vocación, sientes que tu trabajo va en línea con tus valores y, de alguna manera, contribuyes a que el mundo sea mejor. (Puedes saber más sobre esto con este eBook).

Una vez has identificado qué tipo de trabajo estás haciendo, puedes sentirte más aliviado porque tendrás claro el objetivo. Por ejemplo:

Si reconoces que tu trabajo es una cosa temporal que te ayuda a pagar facturas (empleo), te sentirás mejor con el hecho de que no te encanta, de hecho, valorarás el trabajo como lo que es en lugar de sentirte presionado para adorarlo si no te satisface a un nivel más profundo.

Los siguientes pasos sirven para cualquiera de las tres opciones de trabajo y pueden mejorar, no solo tu felicidad en el trabajo, sino también tu satisfacción en general.

 

Dale significado.

Tienes el poder sobre cómo ves tu trabajo, si crees que es aburrido e insignificante, entonces te aburrirás y te sentirás insignificante. Sin embargo, puedes reformular tu trabajo poniéndolo en contexto: ¿qué servicios ofrece a la sociedad? ¿Qué benficios aporta al mundo?

Haciendo esto encontrarás mayor satisfacción y agradecimiento por tus esfuerzos.

 

Aplica tus talentos.

Las personas felices son las que utilizan sus talentos en todas las áreas de su vida. Si sientes que tu trabajo no despierta de manera natural tus talentos o fortalezas, piensa maneras creativas de integrar tus capacidades en tu día a día laboral.

 

Fomenta las relaciones.

Tener relaciones saludables es uno de los mayores indicadores de felicidad. Conecta con tus compañeros y mejorarás tu estado de ánimo. No se trata necesariamente de socializar con ellos fuera del trabajo, simplemente se trata de estar dispuesto a relacionarte para crear un ambiente de oficina o puesto de trabajo más agradable y disfrutable.

 

Alaba.

Existe una correlación altísima entre sentirse valorado y sentirse satisfecho con el trabajo. Si eres el jefe, podrás ganar confianza, lealtad y compromiso por parte de tus empleados simplemente alabando regularmente su trabajo. Si eres empleado, ofrece gratitud y alabanzas a tus compañeros y jefes. Cuando nos sentimos apreciados aumenta nuestra productividad, nuestra creatividad y nuestro bienestar.

 

Personaliza tu espacio.

Parece obvio pero rodearte de belleza y recuerdos personales afecta a tu estado de ánimo. Ponte fotos de tus seres queridos, arte que te inspire e imágenes que te hagan sentir bien. Haz de tu espacio un sitio en el que quieres pasar tiempo, en el que quieres estar.

 

Haz descansos y utiliza tu tiempo para comer.

Hacer descansos durante tu jornada laboral te da energía y mejora tu perspectiva. Incluso hay estudios que demuestran que dedicar esos descansos a otras actividades beneficiosas para la salud como el deporte, mejora la satisfacción laboral, la gestión del tiempo, la productividad y reduce el estrés.

 

O ¡cambia de trabajo!

Por supuesto que se pueden hacer muchas cosas para gestionar de la mejor manera posible una situación que no te gusta o que te consume, pero también es cierto que, en determinado momento, podemos enfrentarnos al hecho de que es mejor experimentar incertidumbre e inestabilidad que pasar más tiempo en un trabajo que detestas.

Si piensas que una relación de pareja que ya no funciona debe terminarse, ¿por qué no pensar de la misma forma con un trabajo? Esfuérzate, sé valiente y haz todo lo que puedas por ser feliz en el trabajo, tu vida te lo agradecerá.

 

¿Quieres conseguirlo?

 

Photo by Ellyot on Unsplash
Categorías
Flechas Novedades

Flechas de la semana

A continuación te presentamos cuáles han sido los temas que más nos han cautivado y de los que hemos hablado esta semana.

¿Te apetece echarles un vistazo?

 

Semana 38

7 pasos para ayudarte a conseguir tus objetivos en 2019.

8 maneras de reinspirarte en el trabajo.

De la idea al negocio.

5 claves para crear (o cambiar) tu perspectiva.

 

 

Photo by Vince Fleming on Unsplash

Categorías
Psicologia

5 claves para crear (o cambiar) tu perspectiva

Toda historia, TODA,  está filtrada a través de nuestra lente de creencias para ayudarnos a responder rápido y de la mejor manera posible, es decir, la realidad depende de nuestra perspectiva. El filtro que elegimos afecta al mundo que vemos, elegir un filtro positivo significa vivir una vida llena de oportunidades y elegir un filtro negativo significa una vida de limitaciones.

¿Cómo elegimos esa perspectiva?

1. Tenemos puntos ciegos.

Todos tenemos puntos ciegos visuales y cognitivos, y sesgos aprendidos; dichos puntos y sesgos sabotean nuestro juicio y nos convierten en seres automáticos anclados en patrones de comportamiento establecidos que, muchas veces, no nos sirven.

A veces, otras personas son capaces de ver estos puntos ciegos mejor que nosotros; otras veces, a través de la meditación o de tareas de autoconocimiento, nos es posible ver nuestros propios patrones e iluminar los ocultos y limitantes. Una vez hemos visto un punto ciego, no podemos no verlo, con esta luz surgen muchas posibilidades.

 

2. El optimismo es útil cuando es realista.

Muchas veces el pensamiento positivo tiene mala fama porque la gente asume que es simplemente optimismo ciego. El optimismo realista es la capacidad de ver las situaciones de manera precisa y confiar profundamente en que el futuro será bueno incluso si la situación actual no lo es o no es como te gustaría que fuera. La parte buena es que, incluso si tiendes a ser pesimista de manera natural, puedes fortalecer tu optimismo ¡practicando! Porque como acostumbramos a decir en The Gate: ¡todo es entrenable!

Puedes averiguar cómo potenciarlo aquí.

 

3. La perspectiva no es un termómetro, es un termostato.

Podemos controlar cómo la perspectiva nos empuja a actuar de determinada manera en determinada situación. Imagina que llegas tarde al trabajo y mientras conduces te topas con un semáforo en rojo detrás de otro; si ves la perspectiva como algo ajeno a tu control, esta escena puede subirte la temperatura de rabia, si por el contrario la ves como un termostato, tienes el poder para pensar de una manera que apoye tu capacidad de controlar la situación y responder ante ella.

Evidentemente, no tienes el control sobre los semáforos, pero sí tienes el control sobre tus reacciones. Ese es el punto donde puedes bajar el termostato utilizando herramientas como el control de pensamientos, la respiración o incluso cambiando la ruta.

 

4. Es importante cómo pensamos.

Conforme vas pensando intenta averiguar si estás siendo: compasivo, curioso, paciente y no prejuicioso.

Un primer paso para cambiar nuestra perspectiva es descubrir si nuestra manera de pensar es útil o inútil.

  • La manera inútil de pensar se asocia con ser rígido, evitativo y estar en contra de la realidad de cada situación. Se tiende a un razonamiento de blanco o negro con cierto rechazo a aceptar las situaciones, culpando a los demás y evitando o eliminando los sentimientos.
  • La manera útil de pensar se asocia con las soluciones, la flexibilidad y la aceptación. Tiende a centrarse en el problema y te empuja a buscar información y a la reinterpretación positiva de los acontecimientos.

 

5. Las 3 áreas de la perspectiva.

  1. Acciones: Son las más fáciles de identificar como controlables porque se refieren a algo observable. Las acciones son nuestras respuestas ante los estímulos después de que nuestros pensamientos y nuestras emociones los hayan filtrado. La mayoría de las veces tenemos claro que no somos marionetas sino que controlamos nuestras acciones.
  2. Pensamientos: Se alejan un poco de nuestro control. Nuestro juez interno comenta continuamente lo que hacemos y cómo lo hacemos y no siempre es demasiado amable. Puede ser un reto “bajarle el volumen” o liberar nuestra mente de esos patrones de pensamiento, pero es posible conseguirlo.
  3. Sentimientos: Los identificamos como los más ajenos a nuestro control pero si analizamos nuestros comportamientos pasados, nuestras creencias y hacemos un ejercicio de metacognición (pensar acerca de los pensamientos), podemos convertirnos en testigos de nuestras vidas y descubrir cómo controlar nuestras emociones.

 

Utiliza tus habilidades de toma de perspectiva habitualmente y, como un músculo, crecerán.

¿Quieres conseguirlo?

 

Photo by Josh Calabrese on Unsplash