Categorías
Alimentación Deporte

¿Cómo establecer objetivos realistas en cuanto a pérdida de peso?

Cuando hablamos de pérdida de peso con nuestros participantes, solemos notar cierta frustración, aburrimiento o incluso cansancio en la gente y creemos que es, sencillamente, por no establecer objetivos realistas.

Si eres como la mayoría de las personas, probablemente habrás querido perder peso varias veces a lo largo de tu vida, ¿alguna vez te has parado a pensar cosas como: “mi objetivo es realista”, “mi objetivo es sostenible” o “lo estoy haciendo simplemente por moda”?

A la hora de establecer objetivos para perder peso, hay tres pasos clave que querrás seguir.

 

Paso 1. Adapta tus objetivos a tu tipo de cuerpo.

Si estableces tus objetivos basados en lo que ves en las revistas, la televisión o cómo es tu mejor amigo, puedes estar dirigiéndote directamente a la decepción. Es importante saber que hay muchos tipos de cuerpo diferentes: más curvilíneos, más musculosos o con más masa ósea… y todo ello suma a tu peso (sin implicar que tengas mejor o peor cuerpo).

Existen muchas teorías diferentes acerca de los tipos de cuerpo: la teoría del somatotipo, la teoría ayurveda, etc. Busca la que se te adapte mejor, estúdiala a conciencia y adapta tus objetivos en consecuencia.

En resumen, conócete para conocer tus objetivos.

 

Paso 2. Establece mini-objetivos.

Esto lo hemos comentado infinidad de veces: si estableces objetivos elevados a largo plazo sin pequeños “checkpoints” en el camino, es muy probable que te distraigas. Empieza estableciendo objetivos pequeños y reevalúalos cada vez que alcances uno; esto te ayudará a construir un patrón más positivo en tu viaje hacia la pérdida de peso en vez de estar sintiéndote lejos de tu objetivo continuamente.

En lugar de intentar entrar en ropa de hace más de 5 años, céntrate en algo más a corto plazo y en pérdidas de kilos más moderadas: incluso con pequeñas cantidades de peso menos puedes sentirte con más energía, con más movilidad y con mejores marcadores de salud.

También es importante reconocer que nuestros cuerpos cambian en las distintas etapas de nuestra vida (pubertad, cambios hormonales, menopausia en el caso de las mujeres, etc.). Si te basas en lo que pesabas en el instituto o hace 10 años, es buena idea que cambies de metas y que las establezcas en función de tu etapa de vida actual. Recuerda que, seguramente, tu masa ósea y tu masa muscular han cambiado en la última década por lo que no es realista esperar que tu peso pueda llegar a ser el mismo que cuando eras más joven. Asegúrate también de alimentar bien a tu cuerpo.

 

Paso 3. Crea un plan de responsabilidad.

Muchas veces, conseguir perder peso solos es, no sólo difícil sino también insostenible. Es importantísimo construir algún tipo de plan con el que comprometerse. Aquí tienes algunas opciones:

  1. Elige un familiar, un amigo o un compañero de trabajo para que sean tus “colegas” en tu objetivo y se conviertan en tu fuente de motivación para la actividad física, hábitos de alimentación saludables y, en general, un estilo de vida más sano.
  2. Invierte en trabajar con profesionales: nutricionistas, entrenadores, psicólogos… tener un experto que te guíe y te apoye mejorará mucho tu responsabilidad con el objetivo y tus posibilidades de alcanzarlo.
  3. Haz actividades en grupo.

Cualquier forma de compromiso y responsabilidad que escojas es buena siempre que hagas un repaso o check in regularmente para ayudarte a mantenerte en el camino: semanalmente para empezar es una buena opción.

 

¡AHORA!

Ahora que conoces estos tres sencillos pasos es hora de tomar acción. Coge papel y boli y empieza re-definiendo tus objetivos asegurándote de que son alcanzables. Piensa en ejercicios físicos que se adapten a tu constitución, haz objetivos más pequeños y construye un entorno o sistema de apoyo que te ayude a mantenerte firme en la consecución de tus objetivos.

Con un pequeño plan, volverás a enamorarte de tu cuerpo y a cambiar tu estilo de vida antes de lo que esperas.

 

¿Quieres conseguirlo?

Photo by Vlad Kutepov on Unsplash

Categorías
Alimentación Psicologia

3 pasos para conseguir tus propósitos de salud

Volvemos al tema de los propósitos. Y volvemos porque ya ha pasado el suficiente tiempo desde Enero como para que algunos se hayan quedado en el camino…

  • ¿Sigues yendo al gimnasio?
  • ¿Has perdido el peso que te habías propuesto?
  • ¿Sigues comiendo sano?
  • ¿Has iniciado tu práctica de yoga?

Es probable que a lo largo de los años les hayas dado varias oportunidades a los propósitos anteriores porque más del 80% de las personas fallan en alcanzar sus objetivos de Año Nuevo. Mientras hacer cambios en tu salud puede ser desalentador, diseñar una ruta hacia una versión más saludable de ti mismo puede ayudarte a fortalecer tus intenciones y aclarar tus deseos.

Las siguientes propuestas que te hacemos pueden funcionar como un GPS interno que te guiará hacia la conciencia y la atención plena para descubrir algunos de tus patrones o comportamientos más automatizados que están evitando que alcances tus objetivos.

 

1. Aclara tus deseos.

El deseo se considera como una fuerza muy potente en la creación de cambio en la salud, sin embargo, puede ser confuso y complejo. Mucha de esa confusión viene de las diferentes formas en las que experimentamos el deseo. El deseo más puro (libre de ego y codicia) puede ayudarte a aclarar dónde poner tu atención y concentración; otras formas de deseo pueden crear ilusiones y llevarte por mal camino, por ejemplo:

  • Puedes acercarte al paquete de galletas y comer varias veces sabiendo que esa satisfacción temporal te dejará después sensaciones de cansancio, culpa y desequilibrio.
  • Puedes pedirte esa bebida extra y levantarte al día siguiente más cansado y aletargado.
  • Puedes quedarte viendo Netflix hasta tarde o viendo Instagram Stories y encontrarte hiperactivado e incapaz de tener una buena noche de descanso.

El deseo puro se considera como una verdadera expresión de lo que eres, incluyendo lo que quieres para tu salud y tu bienestar. Podemos considerar este tipo de deseo como propicio ya que te permite encontrarte alineado contigo mismo y mostrar la mejor versión de ti mismo.

 

2. Declara tus intenciones.

Una intención es una decisión consciente que pone tus deseos puros en movimiento para hacer planes, establecer compromisos y dar un paso adelante. Tus intenciones se construyen a partir de tus deseos, tu fuerza de voluntad y tu capacidad de mantenerte centrado.

Mientras que establecer objetivos puede verse como una moda hoy en día, en realidad es una práctica muy antigua que te permite centrar la mente en crear aquello que desea. Además, escribirlos, compartirlos y medirlos aumenta tus posibilidades de éxito.

Prueba esto:

  • Establece intenciones claras y positivas. Los investigadores han encontrado que establecer objetivos DE SALUD crea una conciencia capaz de eliminar los obstáculos y, por lo tanto, permitiéndote mejorar tu dieta.
  • Acciones alineadas. Tu vida sería más fácil y manejable si fueras capaz de alinear tus acciones con lo que quieres. De hecho, elegir comida por impulsos es una de las situaciones más comunes en las que te olvidas de lo que quieres y te encuentras haciendo lo contrario. Sin embargo, alinear tus acciones con tus deseos es más fácil de lo que pensamos si te das tiempo, práctica y lo haces a menudo.
  • Poco a poco. Según la Asociación Americana de Psicología, una manera de hacer los objetivos más alcanzables es dividirlos y empezar por los que sabes que vas a conseguir, eligiendo primero los sencillos, manejables y claros.
  • Busca apoyo. Contar con responsabilidad y apoyo tanto en tus objetivos como en el camino que haces hacia alcanzarlos, es una característica que tiende a mayores cuotas de éxito. Además, tener apoyo social en la vida promueve comportamientos más saludables.

 

3. Revela tus resistencias

A menudo, repites tus viejos comportamientos por hábito, miedo o resistencia al cambio.  Hay estudios que muestran que nuestra mente más primaria suele elegir las cosas que le resultan familiares en lugar de aventurarse a terrenos desconocidos (donde pueden pasar cosas malas o impredecibles).

Reconocer tus resistencias puede darte la oportunidad de descubrir por qué se dan y de decidir obviarlas conscientemente. Aquí hay algunas de las razones por las que puedes ofrecer resistencias:

  • Miedo a fallar.
  • Miedo a la vulnerabilidad.
  • Vergüenza.
  • Sensación de incapacidad o insuficiencia.
  • Evitación de sensaciones que prefieres no sentir.
  • Creencias limitantes.
  • Incomodidad con el cambio, lo desconocido o lo nuevo.

Una vez identifiques tus resistencias, descubrirás que hay un elemento clave para superarlas, puede ser: una nueva idea, un nuevo sentimiento, una nueva actitud, un nuevo apoyo, una nueva responsabilidad o una nueva información.

Muchas veces, ignorarás tus pequeños éxitos para centrarte en el objetivo final y gigantesco (que requiere tiempo y paciencia). Cuando trabajes sobre tus objetivos de salud, intenta celebrar los pequeños éxitos y victorias, y marca tu progreso para alimentar tu esperanza y tu inspiración y así poder continuar más fácilmente.

 

Vivir con claridad e intención sobre tus deseos para tu salud es más complejo que con cualquier otro área de nuestra vida, pero también es una oportunidad muy buena para navegar (y aprender) sobre la complejidad de la consciencia humana. Estas tres propuestas te servirán para una mayor conciencia que te dirigirá a una posibilidad más rica de conseguir lo que quieres para ti y para tu salud.

 

¿Quieres conseguirlo?

 

Categorías
Alimentación Psicologia

Época de moderación

Querer cambiar algo de ti mismo es un objetivo súper admirable que suele venir acompañado de muchas oportunidades y muchos retos. Normalmente, la gente quiere cambiar comportamientos o hábitos que dejan de servirles o que les llevan a patrones destructivos.

Cuando alguien toma esta decisión, suele haber dos opciones: moderación o abstinencia. Para algunas personas, limitar el comportamiento puede resultar en un estilo de vida saludable y en disfrutar del resto de la vida, mientras que para otros, evitar totalmente el comportamiento es necesario para la salud y el bienestar.

Saber si necesitas moderación o abstinencia de cierto comporamiento depende de distintos factores que incluyen el auto-conocimiento, el respeto de los límites y el entendimiento de las metas.

 

Empieza por el principio.

La primera pregunta es:

“¿Qué comportamiento quiero cambiar?”

¿Es beber demasiados refrescos? ¿Es comer demasiado queso? ¿Es fumar? ¿Es tomar demasiado gluten? Una vez has respondido a esa pregunta, es necesario evaluar las consecuencias del comportamiento.

Es obvio que una pequeña cantidad de gluten no va a perjudicar a tu estilo de vida gluten-free… bueno, a no ser que seas celiaco. Si es así, no merece la pena consumir ni la mínima cantidad de gluten.

De otros comportamientos como fumar, sabemos que tienen efectos negativos en ti y que deben evitarse. El refresco ocasional o el trozo de queso esporádico, no te perjudicarán tan negativamente aunque todo, llevado al extremo, es peligroso.

 

Elige abstinencia o moderación.

Dependiendo de tu personalidad, puede resultarte más fácil tener nada que tener poco. El reto principal de utilizar la moderación como estrategia para el cambio de hábitos es la fuerza de voluntad. Para mucha gente, la resolución es muy fácil de mantener por la mañana pero se va desvaneciendo a medida que el cansancio, el estrés o el hambre aparecen. La capacidad de moderarse depende mucho de cuánto te conoces.

Para muchos, la abstinencia es tan desalentadora que es más fácil no cambiar. Conocerte a ti mismo te permite decidir si tienes la capacidad de tener chocolate en casa sin comértelo o si tenerlo cerca te va a llevar al consumo ansioso. Si tienes dudas, empieza absteniéndote; luego, una vez se ha establecido un patrón de comportamiento, puedes ir introduciendo comportamientos ocasionales.

 

Establece tus límites.

Si eliges moderar un comportamiento determinado, establece líneas claras entre lo que es permisible y lo que no. No hagas declaraciones generales como: “voy a comer menos galletas”. ¿Te comes una galleta al día o una galleta a la semana? No comer ninguna galleta es un objetivo claro porque puedes saber en seguida si tienes éxito o no.

0 galletas= ÉXITO

1 galleta = FRACASO

“Menos galletas” es menos claro. Los nuevos hábitos necesitan límites claros para formarse. Si no tienes un objetivo claro, nunca sabrás si lo has alcanzado o no.

 

Establece tu objetivo.

Tu capacidad para usar la moderación de manera efectiva depende en tu meta final. Si tu meta, por ejemplo, es dejar de decir palabrotas, entonces tener el objetivo de decir palabrotas de vez en cuando como manera de moderar el comportamiento, no te acerca a tu meta final. Sin embargo, si tu meta es cenar en familia, tener como objetivo cenar los domingos en familia te acerca a tu meta final incluso si las cenas de lunes a sábado son menos estructuradas.

¿Quieres alcanzar tus objetivos en 12 meses? Aquí puedes encontrar ayuda ¡gratis!

 

Recuerda que un poquito de algo es siempre mejor que nada. Si eliges abstenerte de algo o moderarlo y no lo consigues, sacúdete el polvo, ofrécete compasión y empieza de nuevo. No dejes a la perfección ser el enemigo de algo perfectamente bueno para ti.

 

¿Quieres conseguirlo?

 

Photo by Erwan Hesry on Unsplash
Categorías
Alimentación Deporte Gestión

Los 16 mejores consejos para comenzar y cambiar hábitos

Hace años tendí a tener hábitos involuntarios que hice sin pensar en ellos y no mejoraron mucho mi vida. Ahora son en su mayoría los que adopté intencionalmente porque sabía que mejorarían mi vida. Y de los que no me gustan me he librado. Puedes crear la misma mezcla en tu vida. Te dejo mis principales consejos para comenzar los hábitos que deseas y dejar los hábitos que no deseas.

1. No dejes de hacer un hábito, empieza a hacer otro.

Es más fácil hacer algo que no hacer otra cosa, especialmente si tratar de no hacer algo te hace pensar en lo que no estás haciendo. Si quieres comer menos comida chatarra, en lugar de tratar de no comer patatas fritas, come más frutas, nueces, zanahorias y otros alimentos rápidos. En lugar de intentar ver menos televisión o pasar menos tiempo en Facebook, empieza a hacer otra cosa, como unirte a un equipo o escribir un libro.

2. Diseña tu objetivo centrándote en las emociones que realmente deseas.

Si quieres empezar un hábito, piensa en las emociones que puedes y quieres crear y trabaja principalmente en ellas. Si tu hábito no crea una recompensa emocional, eventualmente dejará de hacerlo. Si creas una recompensa emocional, hacerlo te motivará a hacerlo de nuevo. Si quieres ponerte en forma y haces que tu meta simplemente sea “ir al gimnasio”, probablemente no crearás una actividad autosuficiente.

Si tienes como meta “aprender a disfrutar yendo al gimnasio”, “encontrar compañeros de entrenamiento con los que te guste pasar tiempo” o “encontrar un equipo con el que le guste jugar”, es más probable que tengas éxito. Cualquiera que sea la meta que quieras alcanzar con tu hábito deseado, piensa en la emoción que podrías obtener de él, por lo general mirando a las personas exitosas que lo logran. Si no te concentras en la emoción que viene de ella, espera perder el interés.

3. Utiliza la fuerza de voluntad como motor de arranque y las emociones como motor principal.

Los nuevos hábitos compiten con las viejas actividades por su tiempo y otros recursos. Esas viejas actividades te traen alguna recompensa, como era de esperar. Los nuevos hábitos, por el contrario, no te dan la seguridad que necesitas tener para saber si te traerán una recompensa para que tu sistema emocional no haga efecto para motivarlo. Puedes usar la fuerza de voluntad para empezar el hábito, pero la fuerza de voluntad requiere un esfuerzo mental que se agota. Si sabes qué emoción deseada creará tu hábito, usa la fuerza de voluntad para empezar el hábito lo suficiente para que tu sistema emocional sienta esa recompensa, que te motivará a seguir haciéndolo, ahora sin el esfuerzo mental que requiere la fuerza de voluntad.

4. Empieza con conciencia de la situación actual.

Si no sabes dónde estás, es difícil llegar a donde quieres ir. Si quieres ir más al gimnasio pero estás haciendo otra cosa, debes de ser consciente de que esa tarea te lo está retrasando. Si está sentado en el sofá viendo la televisión, esa actividad crea recompensa, te motivará en momentos estresantes, siempre está disponible y es fácil. Si no se tiene todo en cuenta cuando se planifican nuevos hábitos, no se superará el encanto de los viejos hábitos.

5. Usa el ambiente, las creencias y el comportamiento.

Si sólo cambias tu entorno, sólo tus creencias o sólo tu comportamiento, es probable que pierdas algunas partes de tu vida que motivan los viejos hábitos que estás tratando de cambiar, o pierdas la recompensa que podría motivar el nuevo hábito. Cuando tu entorno, creencias y comportamiento se alinean, sentirás recompensa y querrás continuar. Si no lo hacen, sentirás un conflicto emocional interno, que lo desanimará. Así que no digas que vas a ir al gimnasio, que es sólo comportamiento y ambiente. También incluye la creencia, como creer que el ejercicio te da energía, aumenta la atracción, o algo más que te motivará.

6. Fíjate en lo que estás haciendo.

Por ejemplo, si está usando la fuerza de voluntad para hacer algo que no te gusta.

Muchas personas comienzan hábitos que no les hacen felices sin darse cuenta. Se obligan a hacer ejercicio cuando no lo disfrutan o no comen carne cuando les encanta. Nada destruirá un hábito que deseas más que sentir un castigo emocional cuando lo hagas. Tampoco hay nada que te haga sentir más impotente a la hora de empezar otros hábitos, incluso los que mejorarían tu vida. Sin embargo, la gente persiste en querer hacer cosas que no les gustan.

7. Practica la disciplina todo el tiempo.

Ya sea que estés haciendo tus hábitos o no, haz cosas que desarrollen disciplina. Para mí, cosas como los entrenamientos de ironman y las duchas frías desarrollan mi capacidad para hacer algo incluso cuando no quiero hacerlo. Encuentra cosas como esas que funcionan para ti y encontrarás que mantener los hábitos es fácil. Por ejemplo, puedes deshacerte de la comida basura limitando tu alimentación.

8. Encuentra modelos de conducta.

Alguien que haga lo que tú quieres. Puedes aprender de ellos. Encuéntralos y conócelos. Aprende de sus errores. Adopta lo que te funciona – creencias, prácticas, etc.

9. Crea responsabilidad, idealmente pública.

Pocas cosas motivan de manera más efectiva que lucir mal delante de los demás. Además, hacer que otros vean tus planes y tu comportamiento ayuda a encontrar problemas.

10. Crea recompensa intrínseca al hábito, no externas.

Cuanto más cerca esté la recompensa de tu hábito, más tu sistema emocional lo motivará sin esfuerzo y menos tendrá que depender de la fuerza de voluntad. La recompensa de sentirse más fuerte ayudará a motivar a ir al gimnasio, pero no tan rápida y directamente como ver el aspecto de tu cuerpo en el espejo del gimnasio mientras está allí. Disfrutar de un deporte y trabajar en equipo puede ser aún más directo e intrínseco.

11. Comparte lo que amas.

Es una de nuestras bases y hablamos de esto largo y tendido. Cuanto más compartas lo que amas, más gente traerá más de eso a tu vida y menos interferirán. Una vez que empieces a disfrutar de un nuevo hábito, cuéntaselo a la gente para atraer a gente que te apoye y repeler a los que te desanimen. Asume la responsabilidad de crear tu comunidad.

12. Los hábitos no son lógicos No esperes que la razón te ayude.

Es bueno saber si algo de lo que quieres comer más es saludable, pero las ideas intelectuales no te motivan. Encuentra una manera de hacer que esa comida sea deliciosa si quieres comer más de ella. La emoción y la recompensa motivan. Pensar te hace pensar.

13. En el éxito, construye más porque es una habilidad o conjunto de habilidades.

Cuando sientas un hábito que quieras arraigar, empieza a construir otro hábito que quieras. Cuando dejas un hábito que no quieres, busca otro. Comenzar y dejar los hábitos utiliza habilidades y tus habilidades son agudas cuando acabas de tener éxito, al igual que tus motivaciones.

14. Si te pierdes un día, puedes perder dos, si te pierdes dos, se acabó.

Esto no debería necesitar ninguna explicación, guárdate tus palabras para ti mismo.

15. Desarrolla y utiliza trucos que funcionen.

Habla con las personas que han comenzado con éxito los hábitos que les gustan y escucharás un montón de pequeños trucos que desarrollan que a ellos les funcionan. Cuando empiezo con con un entrenamiento  no pienso en todo lo que voy a hacer. Pienso en empezar, luego cuando he hecho el primer ejercicio sigo con otro, y así con todo el ciclo de ese día. Una vez que empecé ya me motivo solo. No pienso en ir al gimnasio y el tiempo que me va a llevar, pienso en entrar por la puerta, luego ya me quedo dos horas porque me apetece una vez allí. Luego lo uno con otro hábito, la ducha de agua fría.

El último y más importante:

16. Haz. Actúa. Empieza. Intenta.

Los hábitos son fundamentalmente conductuales. Si no los inicias, nunca los continuarás, ni sentirás lo que se siente al hacerlos. Si quieres que uno se pegue, necesitas sentir una recompensa emocional.

 

Categorías
Alimentación

Receta chocolatinas “CRUNCH” sin azúcar

Dulce e intenso.

Así es el chocolate… y ¡a mí me encanta! Chocolate en polvo, batido de chocolate, tableta de chocolate, en helado, en flan, en tarta, en bizcocho, en galletas… me pirra el chocolate en todas sus variantes.

Este snack es perfecto para calmar ese ansia viva que te come cuando deseas algo dulce y llega la hora de la merienda o del almuerzo.

¿Almorzar una chocolatina, que me aporte nutrientes y sea sana? Sí.

¡SÍ! ¡SÍ! Y ¡SÍ!

Esta receta contiene cocoa o cacao puro, lo que nos aporta beneficios como:

  • Proteger nuestras células de los daños causados por los radicales libres gracias a su contenido en flavonoides y antioxidantes.
  • Reducir el riesgo de enfermedad cardíaca y de accidente cerebrovascular gracias a los flavanoles, que es el tipo principal de flavonoide que se encuentra en el cacao y que, además de los efectos antioxidantes, tiene otras influencias potenciales en la salud vascular: reduce la presión sanguínea, mejora el flujo sanguíneo al cerebro y al corazón y hace que las plaquetas de la sangre sean menos adheribles y no formen coágulos.
  • Enriquecernos de minerales naturales: El chocolate contiene fósforo, magnesio, hierro, potasio, calcio, zinc, cobre, manganeso…
  • Aportarnos hierro, mayor fuente que las alubias o las lentejas.
  • La manteca de cacao contiene ácido oleico, la misma grasa monoinsaturada que encontramos en el aceite de oliva y que ayuda al HDL, también conocido como colesterol “bueno”.
  • El ácido palmítico y el ácido esteárico, ambos ácidos grasos saturados, también favorecen el estado de ánimo.
  • De los muchos flavonoides que contiene el chocolate (el principal ya mencionado) dos en concreto: la epicatequina y la quercetina, presentan propiedades anticancerígenas.
  • Contiene vitaminas A, B1, B2, B3, C, E, ácido pantoténico, tiamina y riboflavina.

Más cosas buenas.

También contiene aceite de coco. Uno de los aspectos más destacados del Aceite de Coco es su composición muy rica en Ácidos Grasos de Cadena Media o MCT (medium chain tryglicerides) con sus propiedades casi milagrosas en la prevención y cura de enfermedades, desde simples infecciones hasta enfermedades degenerativas como el Alzheimer. Pero el Aceite de Coco, además de ser un magnífico aliado en el campo de la salud, es el suplemento perfecto para los deportistas.

 

Imagino que ya estarás deseando saber cual es la receta para poder disfrutar de estas nutritivas chocolatinas, por lo que comencemos con los ingredientes:

Ingredientes

  • 2 cucharadas soperas de cocoa (cacao) desgrasado.
  • 2 cucharadas soperas de arroz integral inflado.
  • Edulcorante al gusto.
  • 8 cucharadas de aceite de coco.

Preparación

Derretimos el aceite de coco en el microondas, y colocamos los ingredientes (menos el arroz inflado que será el toque final) en un bol.

Mezclamos bien todos los ingredientes y colocamos todo en un molde de silicona. Puede ser cuadrado y posteriormente cortar en trocitos, o individuales, con formas… te animo a que lo hagas con formas ya que resulta ¡mucho más divertido!

Llega el protagonismo de nuestro arroz inflado, bien, lo echaremos por encima y presionaremos ligeramente.

Por último, metemos por unos 30 o 40 minutos en la nevera y ¡listo para comer y compartir!

Espero que os gusten tanto como a mí.

 

   ENJOY YOUR FOOD!

Categorías
Alimentación

Zumo de remolacha y rendimiento deportivo

Realmente los alimentos son nuestra cura o nuestra enfermedad.

Zumo de remolacha y rendimiento deportivo están estrechamente ligados ya que se sabe, desde hace poco tiempo, que el óxido nítrico en sangre está involucrado en la forma en la que los músculos producen energía. Más óxido nítrico en sangre durante el ejercicio parece reducir la cantidad de oxígeno que se necesita para producir energía, creando una especie de combustible más eficiente que podría mejorar el rendimiento del ejercicio.

Y aquí es donde entra en acción el zumo de remolacha.

De los alimentos de origen natural, la remolacha es uno de los alimentos que tienen las cantidades más aceptables de nitrato necesarias para aumentar significativamente los niveles de nitrito en sangre. De ahí nació el uso del zumo de remolacha como una manera de impulsar con seguridad la cantidad de nitrito en sangre.

La remolacha, ya sea comida o en jugo, en esencia parece ayudar al rendimiento al aumentar la potencia de salida.

Se cree que con medio litro de jugo de remolacha durante los 6 días previos a la competencia se:

  • Reduce el consumo de oxígeno durante el ejercicio submáximo. Esto significa mayor eficiencia muscular.
  • Reduce la presión arterial sistólica.
  • Retrasa la aparición de la fatiga mejorando la tolerancia en los ejercicios de alta intensidad.

La remolacha es rica en NO3 (sal inactiva) que puede formar dióxido de nitrógeno (NO2) y luego transformarse en óxido nítrico: un potente vasodilatador.

Varias investigaciones atribuyen estos efectos positivos de la suplementación con Jugo de Remolacha a dos posibles mecanismos:

  • Una mayor producción de óxido nítrico aumentaría el flujo de sangre a los músculos.
  • El NO2 y el óxido nítrico actuarían disminuyendo el consumo de O2 durante el ejercicio.

La remolacha, ya sea comida o en jugo, en esencia parece ayudar al rendimiento al aumentar la potencia de salida. Los atletas que bebieron jugo de remolacha o comían remolacha antes de ser probados mostraron una mayor potencia de salida y fueron capaces de completar las pruebas de tiempo más rápido que los grupos de control. Y no es el resultado de una mejora general de la salud.

La remolacha puede ser efectiva de inmediato, en el aumento de la potencia de salida medible, y la salida de fuerza puede aumentar en sólo una semana, según estudios. En la Universidad de Connecticut, se proporcionó a hombres en entrenamiento remolacha o placebo y evaluaron su rendimiento después de 14 días de entrenamiento. Los que utilizaron la remolacha mostraron una mejora del 25% de la fuerza en el press de banca y un aumento del 15% en su capacidad en el mismo ejercicio. Eso solo son algunas cifras, porque la remolacha también mejora la tolerancia para la formación y el aumento de la masa muscular y, realmente, mejora la salud (especialmente la cardiovascular).

¿Cómo funciona “Remolacha Performance Boost”?

Las mejores ideas que tenemos están ligadas con los nitratos y la betaína. La betaína es un aminoácido que se encuentra en la remolacha, se conoce técnicamente como trimetilglicina y es un producto de degradación de la colina, que se encuentra en la carne roja, entre otras fuentes. La betaína puede disminuir el riesgo de enfermedades del corazón y puede mejorar la salud del hígado pero… ¿cómo se explica que la betaína mejore el rendimiento deportivo?

Podría ser debido a que la betaína aumenta la cantidad de creatina que el cuerpo produce de forma natural; o bien, podría ser que corta la producción de lactato; también hay alguna evidencia de que la betaína aumenta la producción de factores de crecimiento (similar a la insulina y la hormona del crecimiento humano); y, además, es posible que la eficacia de betaína sea el resultado de todo lo anterior.

 

La receta

La preparación de este zumo de remolacha es muy sencilla.

Cueces la remolacha y no descartas el agua de la cocción, lo metes todo a la batidora por 3 minutos y le añades un poco de hielo (y edulcorante al gusto).

IMG_20160730_101812