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¿Si tuviera que hacerlo todo de nuevo, podría?

Si tuviéramos que empezar nuestra vida adulta de cero otra vez: sin recursos, sin dinero, sin conexiones, ¿podríamos?

Sí, creo que podríamos hacerlo. Pero sería completamente diferente.

Si somos honestos con nosotros mismos, yo me incluyo el primero, nos hemos acostumbrado a tener la oportunidad de comprar cosas por internet y despreocuparnos; llegué a sentirme tan cómodo con estas facilidades, que hubo una época en la que prácticamente lo hacía todo vía web.

Y como con ese ejemplo, con todo. A medida que va pasando el tiempo, nos vamos acomodando en la rutina, en las costumbres e incluso financieramente, como ya tenemos las necesidades básicas cubiertas… Sin embargo, llega un punto en el que esa comodidad deja de ser cómoda: nos falta algo, una novedad, algo por lo que ilusionarnos y es cuando nos planteamos volver a empezar, pero…

¿Tu crees que podrías hacerlo? Si tuvieras que empezar todo de nuevo como hiciste a los 20 años, sin dinero y sin conexiones, ¿podrías hacerlo?

Y si te hicieras esa pregunta dentro de 10 años, cuando te sientas más cómodo y más establecido ¿podrías empezar de nuevo? Pregúntale a tus padres o imagina qué cara pondrían sólo de pensar en ello.

Yo personalmente, cuando pienso en las personas que tienen que empezar de nuevo, siento una profunda admiración y no lo digo por decir, hablo con fundamento ya que en mi familia ha pasado mas de una vez.

Es por ello, que me he dedicado a involucrarme aún más con este tema, intentando sacar cada vivencia para, desde la experiencia, tomar conciencia de lo difícil que se puede llegar a poner la situación, y de cómo no perder el control, sino tomar las riendas de los acontecimientos y planificar desde cero una vez más sin cometer errores o, simplemente, mitigando más riesgos para que el camino sea más firme.

En este proceso de aprendizaje propio, he descubierto algo especialmente doloroso y es que la mayoría de las personas con las que me he reunido habían sido los mejores por un momento y han tenido que volver a empezar. Han tenido que bajar el ritmo, renunciar a comodidades y reducir el nivel de vida, y no todo el mundo es capaz de hacerlo. Renunciar a ciertos lujos no es lo más grave, lo que más me sorprende de estos casos es que la coincidencia de la gente de haber perdido sus bienes es habitual, pero es que además uno pierde su estado, pierde su identidad.

Esto me lleva a hacer un paralelismo con el deporte y, a su vez, con nuestros tres pilares fundamentales de la metodología de The Gate to success.

¿Qué tan difícil es superar una lesión en tu mejor momento de forma física?

¿Qué tan difícil es empezar nuevamente un proyecto cuando ya has fracasado en tu primer intento?

¿Qué tan difícil es recuperar la ilusión después de una pérdida importante?

La conclusión que extraigo se resume en una pregunta, no es que debamos temer las pérdidas de lo material o de las comodidades con las que contamos, debemos prepararnos para no perdernos a nosotros mismos:

¿Cómo no perder mi identidad después de encontrarme en el punto más bajo?

 

Esta reflexión es el comienzo de una serie de 4 posts donde hablaré en profundidad sobre cómo transformar en experiencias positivas, llenas de aprendizajes y lecciones, las situaciones no tan agradables en las 3 áreas fundamentales de nuestra vida: la profesional, la personal y la de actividad física.

¿Te animas a seguirlas?

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