“Happiness is only real when shared”
Futuro Ingeniero informático, 22 años, triatleta y finalista en uno de los halfs más duros de España. Él es Adrià Ciurana.
Pero no siempre fue así. Pasó una adolescencia difícil marcada por ser “el rarito de clase”. Sufrió sobrepeso hasta los 18-19 años y era un viciado de los videojuegos, donde encontraba su refugio y se ocultaba del mundo real.
“Helena: ¿Un niño con sobrepeso es carne de cañón?
Adrià: El problema es ser diferente, es no ir con la tropa y que de algún modo se te vea con alguna debilidad. No es agradable sentir que no puedes formar parte de esta sociedad o creer que hay cosas que no están hechas para ti. En ese momento se están formando tus pilares: tu confianza, tu autoestima, tu forma de ver el mundo, etcétera. Cuando vives eso se te queda dentro y difícilmente vas a poder cambiarlo pero cuando maduras, si te lo propones, puedes buscar alternativas y encontrar la manera de enfrentarte a tus carencias.”
Helena: ¿Cómo se enfrenta un niño a esa situación?
Adrià: No se enfrenta. Yo me pasaba el día en casa sin ganas de hacer absolutamente nada, tan solo jugaba a la play. Mis amigos eran virtuales. Ahí me sentía a gusto y soltaba todas las paridas que se me pasaban por la cabeza. No tenia presiones. Nadie me miraba raro. Nadie me miraba mal, ni me sentía juzgado.
Helena: ¿Cuál sería tu mayor logro?
Adrià: Supongo que tratar de ser feliz y hacer feliz a mi entorno. Si hablamos de a largo plazo pues tener una familia y vivir felices y comer perdices. Sin olvidar el poder dedicarme a mis hobbies e intentar transmitir lo poco que he podido aprender en la vida a los demás; dejar una bonita huella.