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Mi camino al éxito

Constancia

Ya está, tienes tu idea maravillosa, que te motiva, te maravilla, te enamora, has superado todos los miedos. Te has liado la manta a la cabeza y te has tirado a la piscina.

 

Y caes, caes, caes. ¡Ups! No parece haber agua.

Han pasado unos meses o quizás un año… o incluso dos.

¿Entonces? ¿Te has equivocado? ¿Por qué has invertido tus ahorros? ¿Por qué tanto sacrificio? ¿Qué haces? ¿Te matas? Entras en la espiral de culpa, arrepentimiento y desearías haberte quedado en casa, porque el resultado no cumple, ni de lejos, las expectativas que tenías.

 

Vivimos en la era de la satisfacción inmediata.

Si una página web tarda más de 4s en cargar, la cerramos, cogemos otra del listado de Google. Queremos que nos contesten enseguida al Whatsapp, que las compras en Amazon nos lleguen ya, que la comida sea rápida (pero casera, eso sí)…

Lo queremos todo y lo queremos ya. Y con el mínimo esfuerzo.

 

Tengo la firme opinión que eso no es realista, cada cosa requiere su tiempo de cocción, al igual que un cocido tarda sus 3 horas y un salteado de verduras sus 15 minutos. No podemos pretender hacer un cocido en 15 minutos.

En la vida real, no existe olla exprés.

 

Quizás tu idea requiera 4 años, quizás 7. O incluso quizás seas un adelantado a tu tiempo y las expectativas que tenías de hacerte rico/a y famoso/a no se hagan realidad. (Esperemos que no, pero… ¿a qué mola ser un iluminado?).

No desesperes.

 

En mi experiencia personal, diré que esperaba ser la JK. Rowling china. Por supuesto, eso no ha pasado (todavía). Hubo un tiempo en el que sí estaba más tristona de los millones y millones de euros que no tenía pero, a cambio, al empezar a dibujar Gazpacho Agridulce empecé a conocer a muchísima gente del mundo de la ilustración, a ir a firmas donde conocí a gente que me leía, a tener colaboraciones en distintos medios de comunicación… encontré mi gran pasión. Y eso vale por todo el tiempo invertido, las noches sin dormir, las vacaciones perdidas, etc.

 

Sea el tiempo que sea, sé constante con tu proyecto. Pero sobre todo, disfruta de lo aprendido día a día.

No lo mates con expectativas y él, a cambio, te regalará un mundo nuevo.

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¡A primera hora!

La gente de éxito sabe que las primeras horas del día son las mejores para estructurar adecuadamente su jornada y darle una “vista aérea” de lo que será.

Establece tu día en movimiento y, si lo usas bien, ayudará a asegurarte de cumplir todo lo que te propongas hacer.

Las primeras horas de la mañana son buenas porque tu mente está más relajada y más despejada para poder pensar, meditar y planificar. No hay distracciones de las actividades realizadas, no hay bullicio de los negocios, del tráfico, llamadas telefónicas, niños, novia/novio, etc., y casi todo el mundo todavía está dormido o estirando los últimos minutos de sueño antes de despertarse. Las personas que están despiertas en este momento probablemente están haciendo lo que quieren hacer, por lo que son personas más “tranquilas” también.

“Como comienzas tu mañana a menudo establece el tono y actitud de tu día. También puede descarrilar o dirigir su enfoque. Si permaneces confiado en los buenos hábitos del trabajo matutino, no serás presa de la sensación de improductividad al final del día o de la semana.” -Lynn Taylor, autora de Tame Your Terrible Office Tyrant.

No es sólo crear la lista de tareas pendientes, sino organizarla. Determinar qué debe ser hecho, qué se debe hacer y qué se puede hacer y trabajar con esas prioridades.

 

Reflexiona sobre las actividades de los días anteriores.

La mayoría de la gente suele hacer este tipo de ejercicios por la noche. Posiblemente no hayas logrado terminar todas las tareas que te habías planificado, por eso es súper importante que hagas un repaso de lo sucedido y lo que hayas aprendido en ese día. Si lo haces por la noche, lo más probable es que te enfoques en las tareas realizadas y las pendientes sin tener en cuenta qué ha sucedido a lo largo del día.

Por lo tanto, es importante comenzar tu día repasando los eventos del día anterior; aprenderás una o dos o más cosas y te da una nueva perspectiva del día que tienes por delante.

 

 Muévete.

Hacer deporte las primeras horas de la mañana (digamos mejor actividad física) es una puesta en marcha ideal. Ponlo en tu horario, dentro de un tiempo estipulado. Incluso puedes elaborar un calendario de las cosas que deseas entrenar y deja que fluya libremente a medida que comienza. Con 10 minutos de rigor basta para que no abandones.

 

Preserva las “pequeñas cosas”.

Los expertos médicos aconsejan que debemos beber un vaso de agua a primera hora de la mañana para una salud óptima, tomar vitaminas y hacer ejercicio.

El 75% de nuestro cerebro esta compuesto de agua, así que si no estás hidratando tu cerebro no funcionará correctamente. Te convertirás en una persona lenta y fatigada, y eso no es propicio para ser productivo temprano por la mañana.

NOTA: Trata de no omitir el desayuno, excepto si estás en un programa de dieta o ayuno.

 

Medita y trabaja en proyectos personales.

Como empresario/emprendedor, puedes pensar en tu negocio como tu proyecto personal, pero no lo es realmente, no la mayoría de las veces. Todos tenemos proyectos personales: formación, publicar un libro, etc. Sea lo que sea, las primeras horas de la mañana son un buen  momento para trabajar en ellos. Estás libre de compromisos y podrás meditar acerca de tus cosas personales. El ajetreo no te llega a los ojos.

 

Lee las noticias.

Otra cosa que puedes hacer en este momento es consultar los últimos titulares. Las actividades del día pueden impedir que lo hagas y la información es poder potencial, por lo que es importante obtener toda la información antes de salir a afrontar tu jornada. Hay noticias que puedan darte cierta información que puede alterar el día.

 

¿Y tú? ¿Quieres mejorar tu productividad re-organizando tu horario?

¿Quieres conseguirlo?

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Mi camino al éxito

Quien algo quiere, algo le cuesta

Resulta que tienes una idea genial, unas ganas tremendas de ejecutarla, piensas que te vas a forrar… sólo que ahora te viene muy mal porque:

  1. Te acabas de echar novio/a
  2. Empiezan las vacaciones de semana santa/verano/spring break o simplemente es fin de semana y toca salir
  3. Amaneció, un gato negro pasó delante de tu puerta o (inserte algo aleatorio que te impida llevar a cabo tu proyecto)

 

Con lo cual, ¿qué haces?

Nada.

Eso es lo que haces, absolutamente nada.

Guardas tu idea en el cajón de cosas importantes, a la espera de que algún día lo quieras llevar a cabo. Como la dieta, tus propósitos de año nuevo, ser mejor persona o ir a un comedor a ayudar a los pobres. Sí, sí… todas esas cosas.

 

¿Y eso está mal?

Bueno, como todo en esta vida, no es necesariamente algo malo pero tampoco bueno. Os pongo un ejemplo: una vez fui a una cata de vinos, la enóloga nos explicó que el buen vino tiene que madurar, pero durante un tiempo limitado, porque hasta el mejor de los vinos, si no es consumido a tiempo, se avinagra. O sea, no guardes esa botella del 2004, esperando que dentro de 20 años valga más, porque lo que vas a tener es un vinagre caro. Lo mismo pasa con tu idea/proyecto.

Y ahora que ya has sacado tu gran idea del cajón… hay una gran cosilla a tener en cuenta.

Ya lo dice el refranero español “quien algo quiere, algo le cuesta”. Y eso es así.

Tu proyecto requerirá de sacrificio (y no, no de esos de poner un altar y matar un cabrito, eso sería muy fácil). Te pedirá tiempo, te pedirá dinero, te pedirá esas vacaciones que no te has cogido en 3 años. Te pedirá todo.

 

Y yo te pregunto: ¿hay que dárselo?

En mi experiencia personal, al hacer la novela gráfica Gazpacho Agridulce, sacrifiqué viajes, salidas, compras, quedadas con amigos e incluso visitas familiares.

Fue un año bastante intenso, que me dejó exhausta y feliz, pero me costó mucho tomar la decisión de volver a hacer un segundo libro.

 

Así que, como conclusión:

  1. Dejemos reposar nuestra idea, que tome oxígeno, pero eso sí… sin pasarnos.
  2. Seamos conscientes de que habrá que echarle horas, amor y cariño al proyecto.
  3. Y por último, pero más importante: encontrar el equilibro, entre tu vida y tu proyecto (esto va por los adictos al trabajo)

 

Soy de las que piensan que en esta vida hay cosas que no son negociables, así que en tu camino al éxito no te olvides de ese cumpleaños tan importante, esa visita familiar o de ti mismo, mímate, que eres el máximo valor de tu idea.

Sin pasarte, claro. Si ya lo decían los budistas: todo en esta vida es encontrar el equilibro.

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All about the balance.

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¿Se puede ser emprendedor a tiempo completo?

¡Sí!

Antes de dedicarme a ser full-time emprendedor, trabajé muchos años como diseñador y venta al público en multinacionales de ropa. El comercio era mi pasión. Me gustaba pasar horas trabajando para luego dedicar las que me quedaban a mi propia formación. Un día decidí crear mi propia página web (actualmente no existe) pero me gustaba sentarme en mi escritorio y saborear lo que podría llegar a ser trabajar para mí.

Convertirme en un emprendedor full-time era muy importante para mí, pero me llevó mucho tiempo tomar la decisión por no querer navegar en la incertidumbre constante del no saber qué va a pasar… Sin embargo, sí quería trabajar para mí mismo, hacer mis propias horas, tener vacaciones cuando podía/quería y vivir mi pasión, únicamente debía hacer el cambio.

 

Así es como lo hice:

1. Tomé la decisión

Antes de comenzar con cualquier proyecto o dar el primer paso, necesitamos tomar la decisión y seguir fieles a ella pase lo que pase. Esto no significa dejar de fumar en el acto, pero significa que ya eres diferente a tus antiguos compañeros de trabajo y que estás listo para hacer el cambio.

 

2. Puse una fecha

No hay mejor manera de seguir avanzando que establecer una fecha y apuntarlo en tu calendario. ¿Alguna vez habías escuchado la frase de “averigua donde quieres estar y luego trabaja para conseguirlo”? Bueno,esto es muy similar a eso,  establecer una fecha te permitirá comenzar a planificar tus movimientos. Escribirlo en tu calendario forjará tu objetivo en tu cabeza y te ayudará a ver la realidad.

 

3. Recorté gastos

Una vez que realices el cambio, no recibirás tu nómina a fin de mes. Ya no contarás con el flujo constante de dinero para tus gastos, por lo que necesitas recortarlos hasta el mínimo posible.

He tenido que parar mis gastos fijos innecesarios y recorté mis gastos solo a mis necesidades básicas. Gracias a esto, conseguí tener tranquilidad y quitarme presión de encima. Todo era más fácil y más cómodo.

 

4. Creé un plan

Crear un plan hará que tengas una guía, una especie de ruta hacia tus objetivos. Recuerda que si divides tus objetivos en otros más pequeños y éstos los conviertes en procesos de trabajo, todo irá sobre ruedas ya que si no cumples objetivos puedes llegar a frustrarte. No hace falta que lo sigas a rajatabla ni siquiera que exista un plan muy estructurado, con que te sirva de mapa para no desviarte, sobra.

 

¡Ya está aquí!

Cuando llegue el día y finalmente hagas el cambio, necesitas saber cuáles son tus siguientes pasos. Lo último que querrás hacer será tomar la decisión y no saber qué hacer cuando llegue ese gran día. No necesitas tener un plan de negocio tradicional, crea tu rutina matutina y un conjunto de hábitos diarios:

  • Haz una dieta equilibrada
  • Reúnete con gente que te ayude en tu nuevo plan
  • Haz deporte
  • Dedícate tiempo a ti mismo
  • Lee libros relacionados con tu proyecto.

 

A mí me ha ayudado mucho seguir la regla 80/20 y averiguar qué me aportará el 80% de los ingresos y centrarme en esas cosas todos los días. Empieza construyendo tu networking, tu relación con las personas clave en tu sector o industria y piensa cómo te ayudarán en tu plan. Una vez que llegue el día, tú ya sabrás exactamente qué hacer.

 

Puede que sea una cosa que te dé mucho miedo, pero cuanto más tiempo esperes, más de uno ya habrá tomado la decisión a tu alrededor.

Tomar la decisión hoy, establecer una fecha y comentar tu plan de ejecución es la promesa que debes hacerte a ti mismo.

¿Quieres conseguirlo?

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Mi camino al éxito

Cuestión de tiempo

Nunca me han gustado en exceso los tópicos, pero voy a aprovechar para hablar de ellos ahora que se acercan fechas en las que todos tiramos de alguno.

Uno mira hacia atrás, hacia delante, y hace balance del año que está a punto de acabar pensando en todo lo nuevo que vendrá. Lo siento, pero para mí el 1 de enero es el día internacional de las promesas vacías.

1 de Enero: Día Internacional de las promesas vacías

Es en estos días cuando muchos de nosotros marcamos los sueños y retos que vamos a afrontar en el nuevo año: por fin vas a dejar ese trabajo estresante con el que no te sientes para nada identificado, esta vez vas a conseguir dejar de fumar y, por supuesto , empezarás a hacer deporte a menudo, solamente “pecarás” con la comida en ocasiones muy especiales (jamás a diario), ¿ y las cervecitas ? mmm…. bueno, una y de vez en cuando. Te suena ¿verdad ?

Esto me recuerda a la típica cajita de música donde una preciosa bailarina se mueve sobre sí misma al son de una dulce melodía. Puedes abrirla mil veces y siempre sonará la misma cancioncita.

Son muchos los que viven atrapados en esa pequeña caja sin darse cuenta de que una fecha solamente marca un día en el calendario. Por sí sola no vale nada, solamente tiene el valor que nosotros le damos. Año tras año se repiten los mismos augurios, esperamos que todo vaya a cambiar como por arte de magia y al final, una vez más, todo está en nuestras manos.

No deberíamos de obtener la motivación por el simple hecho de cambiar de año, ¿acaso no es suficiente motivación querer mejorar tu vida? ¿No deberías enfrentarte a los cambios cuando éstos te suponen un problema y no alargarlos en el tiempo? Entonces… ¿por qué esperamos con entusiasmo a finales de año para empezar esa ansiada “nueva vida”?

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Todos deseamos cambios para seguir construyendo nuestra propia ruta hacia el “éxito” y me parece genial que marques el primer día del año como fecha para emprender nuevos retos, pero me parecería igual de bien que hicieses lo mismo a partir de mañana, hoy mismo o dentro de una semana, simplemente hazlo cuando estés realmente preparado. Lo difícil no es marcar un inicio, lo difícil es llegar al final, hacer que tus palabras se conviertan en hechos y no se las lleve el viento. Al fin y al cabo no es el fin del mundo, es el inicio de uno nuevo.

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3 acciones para mejorar tu vida

Muchas veces, pensamos que la tendencia de nuestra vida es ascendente, tendemos a pensar que mañana será mejor o que es ley de vida que evolucionemos. Sin embargo, esta manera de interpretar la realidad nos hace inútiles porque perdemos el control de nuestra vida y simplemente nos dejamos llevar.

¡PERO NO!

Está en nuestra mano ejecutar acciones que hagan que nuestra vida sea mejor y hoy te desafío a que intentes 3 de ellas.

¿Eres capaz de buscar 3 acciones específicas que mejoren tu vida o te acerquen a lo que tú definas como éxito? Pueden ser relacionadas con el desarrollo profesional: intentar se ascendido, mejorar ciertas habilidades, reestructurar tu empresa o tu departamento, optimizar la gestión de tu tiempo, explorar nuevas líneas de negocio, reducir costes…; con el desarrollo personal: aprender algo nuevo como cocinar, tocar un instrumento o pintar, o incorporar algún tipo de actividad de ocio a tu rutina como hacer deporte, montar a caballo o bucear; con tu formación académica: cursar un máster o un doctorado, formarte en otra cosa distinta o estudiar fuera de tu país; con la mejora de tu perfil profesional: haciendo prácticas en una gran empresa, desplazarte a una filial de tu misma empresa o cambiar la localización; con el emprendimiento: montando tu propio negocio, escribiendo un blog o creando una asociación benéfica o una ONG; o con pequeños cambios en tu vida que harán que ésta mejore como sonreír más, hablar más amablemente a los que te rodean, leer más o donar dinero a una causa que te inspire. Las opciones son realmente son infinitas pero solo te pido que escojas tres, ¡o que te las inventes tú mismo!

“-¿Y si quiero elegir 5 o 12?

-No, únicamente 3″

Ahora que ya las tienes, sólo tienen que cumplir tres condiciones. Sé que lo que vas a leer a continuación puede parecerte más de lo mismo, cosas que ya sabes, o cosas que incluso ya hemos comentado en el blog, pero tengo muchísimo interés en recordártelas porque son muy sencillas y van a suponer un cambio trascendental en tu cotidianeidad. ¡Nunca está de más recordar lo que funciona!

  • Escríbelas, anótalas o plásmalas en algún sitio que te permita comprometerte con ellas. Pero hazlo hoy, porque sobre el presente tenemos control, sobre el futuro solo incertidumbre. Mañana inicia un nuevo periodo que muy poco tiene que ver con el que se inicia HOY. Con esto no te estoy diciendo que tengas que ejecutarlas hoy (¡o sí!), pero sí que al menos te comprometas a escribirlas hoy mismo, ¡ahora!
  • Ponles fecha y ejecuta un plan. Para que un objetivo sea realmente un objetivo, necesitamos saber cuando tiene que estar alcanzado y cómo llegar hasta él, es decir, tiene que ir acompañado de una fecha y un plan. No hace falta que sea un plan muy elaborado, sólo define tres pasos para conseguir cada una de las acciones y establece una fecha para cada uno de ellos.
  • Realiza un compromiso, promesa o juramente inquebrantable. Hacer un compromiso contigo mismo es el siguiente paso tras haber elegido tus tres acciones, haber establecido los pasos para alcanzarlas y haber decidido los plazos en los que lo harás. Una vez estés comprometido, debes convertir esa promesa en irrompible y una manera de hacerlo es anotarla en lugares que veas todos los días como la nevera o un espejo.

“La vida es un teatro donde unos pocos actúan y otros observan” -Anxo Pérez.

Y como Anxo sigue diciendo (frase que comparto al 100%): “La sociedad necesita a ambos. Pero solo los primeros mejoran el mundo”.
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4 hábitos para mantener firmes tus proyectos

Hay muchos aspectos en la creación de un negocio y, aunque los buenos hábitos no son todo lo que uno necesita, es una necesidad significativa si vas a crear un cambio masivo en tu negocio y en tu vida. Ser dueño de un negocio emprendedor o pequeño es  duro y por eso, queremos compartir contigo estos 4 hábitos que han sido siempre los que han mantenido firmes nuestros proyectos.

 

1. Retira tus emociones de la ecuación.

Muchos empresarios se centran en cómo se sienten acerca de su negocio o en lo que quieren que suceda en vez de concentrarse en el trabajo. Todos nos enfrentamos a fallos al iniciar un negocio, sin importar si se trata de un pequeño error en una campaña de marketing o de una mala contratación de un miembro del equipo, y siempre es culpa de alguien (incluso propia). Sin embargo, debido a que la búsqueda de culpables es inútil, la sensación de malestar no ayuda, y la pérdida de confianza como resultado de errores no llevan a ninguna parte y ralentiza significativamente las tareas, es mejor centrarse en las soluciones o el trabajo a realizar y no en las emociones negativas que se derivan de ciertas situaciones.

Siempre que se me complica una situación me concentro en la tarea, no en lo que siento por ella. Menos tiempo dedicado a la reacción derivada significa más tiempo para centrarse en el trabajo.

 

2. Agenda las tareas, incluso dormir.

Uno de mis mayores hábitos ha sido, y sigue siendo, comprar tiempo para mí mismo. Soy un gran creyente de que las personas pierden mucho tiempo en los cambios entre actividades incluso a la hora de dormir. Aunque sé que el cuerpo necesita dormir, también sé que mediante la programación de todo rara vez se puedan retrasar las tareas. Eso incluye la programación de tu sueño. Fijar un tiempo para dormir y una hora de despertar todos los días es muy importante, y eso incluye estudiarse a uno mismo para saber cuánto realmente necesitamos dormir para funcionar de una manera óptima. Si tienes tareas para el día siguiente, intenta conseguir que se hagan una tras otra sin distracciones o tiempos extras en el medio.

Mucha gente que conozco apaga sus teléfonos cuando tiene una tarea pendiente pero comprueba sus actualizaciones en Facebook entre tareas, ¿qué sentido tiene eso? La realidad es que pueden esperar hasta más tarde para comprobar sus redes sociales.  Yo programo incluso el tiempo en mis redes sociales y mis webs. No te olvides que todos disponemos de las mismas veinticuatro horas al día.

 

3. Toma en serio tu propia palabra.

Todo el mundo sabe que cuando le doy mi palabra lo tomo muy en serio y me entregaré al máximo el 1000% de las veces. Está bien prometer cosas, así como el establecimiento de objetivos está bien, pero lo más importante es mantener tu palabra. Siempre escucho cosas de amigos o conocidos relacionadas con negocios como: “Voy a franquiciar este año, es el momento”, o de gente relacionada con el deporte contando sus próximos objetivos como: “Pondré todo el esfuerzo para lograr esta prueba deportiva”, e incluso promesas personales como “Mi próximo coche será un Porsche”. Y muchas veces los dos sabemos que eso no va a ocurrir.

Es muy importante mantener tu palabra. Eso te dará credibilidad a ti mismo, a tus empleados, o a tu circulo de amistades. Convertirte en una persona de palabra te capacitará para mantener el enfoque y así ejecutar tus tareas basándote en principios realistas que te permitirán hacer un progreso real.

 

4. Preocuparse por impulsos, no por ingresos.

Cada negocio necesita ingresos para sobrevivir y crecer, pero muy pocos se dan cuenta de que lo que necesitan más y más cada año, para ir aún más lejos, es el impulso. Lo mismo puede decirse acerca de tu vida personal: mientras que ganar dinero puede ser grande, ver a distancia es aún mucho mejor.

He aprendido a lo largo de los años a no centrarme sólo en los ingresos sino a enfocarme en el crecimiento y otros parámetros relacionados con la evolución del negocio. En nuestro caso, a centrarme en el desarrollo de The Gate y en lo grande que nuestro equipo se había convertido.

Estos otros indicadores de crecimiento son a menudo ignorados por la mera razón de medir el incremento en función del dinero que se ha hecho. Mediante la creación de impulsos constantes, es mucho más fácil poder proyectar incluso cuando nuestra montaña rusa de ingresos está en el punto más bajo. Nuestro impulso nunca ha sido el dinero.

Recuerdo una charla con uno de los CMO mas importantes a día de hoy a nivel internacional que me decía:

A día de hoy podría estar ganando cientos de miles más de lo que estoy ganando ahora pero no es mi objetivo, llega un momento en el que el dinero no te mueve, te mueve la creación de valor en la empresa o empresas en las que estés trabajando.”

Estas 4 áreas de enfoque son clave y siempre han ayudado a generar ese cambio en la creación de empresas. Además, son sencillas y cuentan con un valor incalculable e intangible que sólo puedes percibir una vez trabajes con ellas.

 

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¡Uf! ¡Qué estrés!

Hemos escuchado hablar de estrés muchas veces, en diferentes contextos y utilizado por personas muy distintas. Además, siempre es utilizado en un ambiente negativo, cuando se ha llegado al límite o cuando hay mucha sobrecarga pero, ¿te has planteado alguna vez que si existe es porque es útil?

Aprendamos a entender al estrés. Es un incomprendido que no siempre es malo.

Entendemos el estrés, en términos generales, como algo así como una respuesta a cualquier tipo de demanda de nuestra mente, de nuestras emociones o de nuestro cuerpo físico, o incluso las tres. Pero no es tan negativo como lo tenemos conceptualizado, en realidad es un mecanismo de supervivencia: nos ayuda a luchar contra el viento o cuando nos enfrentamos a cualquier “demanda”.

 

No es necesariamente algo malo, ya que necesitamos un cierto nivel de estrés para hacer que nos ocupemos de nuestra vida diaria.

 

Pero el estrés no debe durar por mucho tiempo y, si lo hace, es cuando se convierte en algo perjudicial para la salud: cuando es algo cotidiano.

Como empresario/emprendedor, siempre te enfrentas al estrés (ya que la toma y gestión de riesgos es parte de tu trabajo), por lo que hay que ser capaces de gestionar y tratar con él para evitar la descomposición.

Tu objetivo debe ser reducir los factores de estrés (lo que causa el estrés, ya que puede haber personas, lugares, cosas, etc) y centrarte en la planificación e implementación de respuestas a esos factores.

He aquí una de las técnicas de control de estrés que utilizamos en nuestra metodología, y que ya será conocida por muchos.

Pregúntate: “¿Qué es lo peor que puede pasar?”

Lo primero que se nos viene a la cabeza (y al cuerpo), -a nosotros y a todo el mundo- es el miedo, tanto el miedo al éxito como el miedo al fracaso. Lo que puede hacer que nos neguemos a vivir nuestros sueños por no saber si podremos continuar hasta el final.

Al hacernos la pregunta anterior, nos permitimos plantearnos si realmente podemos hacer frente a eso “tan terrible” que nos puede pasar y, si es así, seguir adelante y hacer lo que queremos hacer. Muchas veces pensamos que el fracaso no le ocurre a todo el mundo y eso es ¡mentira! El que no ha fallado es el que no ha nacido aún.

 

EL PLAN:

1. ¡PARA!

Cuando el estrés causado por la abrumadora carga de trabajo, estudios, clientes, personal, etc. comienza a cargar sobre ti, es el momento de parar e intentar averiguar cómo responder a ese tipo de problemas, poniendo en marcha una actividad que resuelva esos problemas y fijándola con fecha y hora para conseguir solucionarlos.

2. No pierdas el foco.

La disciplina también entra en juego aquí porque es una manera muy inteligente para manejar el estrés. Si estamos comprometidos con nuestra meta/objetivo, seremos disciplinados con los pasos a dar hasta alcanzarla y los llevaremos a cabo independientemente de lo que esté sucediendo alrededor (aunque en el momento pueda parecer muy estresante). Sí, puede haber circunstancias imprevistas, pero tu mente y tu corazón estarán en tu objetivo y tendrás fuerza para tratar esas circunstancias.

3. Lo que dices toma forma.

Las palabras tienen poder: hay mucha relación entre lo que uno dice y lo que finalmente se convierte en realidad. Sabiendo esto, la mejor cosa que puedes hacer siempre es utilizar palabras a tu favor.

Hablando de estrés concretamente, los comentarios positivos hacia ti mismo pueden ayudarte a combatirlo porque es una manera de recordarte que eres capaz de gestionarlo, ¡recuerda que sólo es una llamada a la acción!

Es por ello que es recomendable tener una misión personal y/o una lista de objetivos que te leas a ti mismo con el objetivo de reforzar tu resolución para hacer aún más.

“A veces se gana, a veces se aprende”- John Maxwell.

4. Enfócate en lo que te ayuda.

Muchas personas se preguntan: “¿cómo pensar en positivo cuando nos enfrentamos a una situación de estrés?, ¡ni siquiera puedo pensar con claridad!”

Y tienen razón, pensar en positivo no es la solución a todos los problemas y menos cuando ya tenemos la situación complicada pisándonos los talones. Sin embargo, uno no se prepara para la batalla en el campo de batalla, ¿verdad? Ni se prepara para la batalla el día en que tus “enemigos” están viniendo a por ti.

Cambiar la estructura de tu pensamiento es una carrera de fondo: comienza por quitar esas cosas negativas que te rondan el pensamiento hoy, y así podrás enfocarte en lo que es verdaderamente importante (y positivo): el alcance de tu meta.

Las palabras que pronuncias durante una situación de estrés son las que se han alojado en tu mente, incluso antes de que llegara ese factor estresante. ¿Por qué no alimentar la mente con mensajes que nos ayuden?

5. Busca apoyo.

Tener un mentor o un socio de responsabilidades puede aliviarnos mucha carga, la importancia de la comunicación durante la crisis o el estrés no puede ser subestimada.

Esta comunicación puede llegar a ser mucho más importante cuando tenemos la oportunidad de hablar con una persona con más experiencia o que puede ofrecernos un recurso del que nosotros no disponemos. No siempre tenemos la respuesta a todas las preguntas y ¡ojo! tampoco debemos tenerla, ni siquiera cuando estamos hablando de gestionar nuestro propio estrés.

“Un problema compartido es un problema medio resuelto.”

 

¿Qué te parecen estas 5 claves para manejar el estrés? ¿Quieres conseguirlo?

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Gestión Psicologia

5 razones para no abandonar tu lista de tareas

Si comparamos las maravillosas aplicaciones de nuestro smartphone para organizarnos con una lista de tareas pendientes escrita a mano, ésta última puede parecer algo arcaica, ¡pero no es así! Esta famosa lista tiene un propósito y un valor.

Da lo mismo si eres amo de casa, emprendedor, trabajador por cuenta ajena o incluso jubilado, la lista de tareas puede ser una herramienta esencial si la usamos correctamente. Una lista de tareas en papel, que hoy en día puede ser considerada hasta vintage, puede ayudarnos a empezar cada mañana con un propósito o a crear un nuevo hábito. Aquí tienes 5 razones por las que deberías volver a utilizarla.

 

Amanece con un propósito

Una vez que tu rutina mañanera de aseo, desayunos y puesta a punto está completa, es muy fácil que pierdas el foco con respecto al día que tienes por delante porque solemos dejarnos llevar por los hábitos que ya tenemos integrados. Cada día puede sorprenderte con un nuevo set de retos o imprevistos que hacen que tus objetivos personales se pierdan en el camino.

Si escribes una lista de tareas la noche de antes, te despertarás con la lista “fresquita” en tu mente. Este nuevo ritual nocturno puede generar ilusión y ayudarte a mantener el rumbo, además, la celebración proveniente de cada pequeño check✓ en tu lista es genial.

 

Dirige tu cerebro

Independientemente de tu personalidad o tus hábitos, todos vivimos en un mundo extremadamente cambiante y en continuo movimiento, lo cual puede distraernos fácilmente.

Hay tanto que ver, observar y hacer en nuestra sociedad que nuestros cerebros han de hacer un gran esfuerzo para mantenerse centrados y concentrados. ¡Vuelve a tu lista de tareas cuando te sientas saturado o distraído!

En el proceso de decidir qué hacer después, revisa tu lista. ¿Está todo completado? Si es así, puedes añadir una o dos tareas más a la lista, si no, ¡es tiempo de volver a la acción!

 

Crea un nuevo hábito saludable

Es probable que te hayas decidido a añadir un nuevo hábito saludable a tu rutina diaria. Esto puede ser especialmente difícil si ya te encuentras ocupado con el trabajo, la familia y los amigos. Al final del día, cuando ya te has calmado y bajado el ritmo, es cuando finalmente te centras en ti mismo únicamente para acordarte de todas esos planes que te has saltado o has olvidado.

Añade tu nueva actividad o tu nuevo objetivo a tu lista de tareas y déjala ahí hasta que se haya convertido en un hábito. Marca tu calendario durante 21 días añadiendo esta nueva rutina a tu lista diaria durante todo ese tiempo. Después de ese ciclo de 3 semanas, comprueba y analízate y te darás cuenta de que esa nueva actividad ¡está integrada en tu rutina!

 

Reduce tu ansiedad

La ansiedad es habitualmente una señal que te informa de que algo te preocupa acerca de tu futuro; tu mente puede sentir que hay demasiado por hacer en un periodo de tiempo muy corto. ¿Cómo hacer para lograr que todo esté hecho? La lista de tareas puede parecer larguísima en tu cabeza pero puedes reducir esa ansiedad anotando únicamente entre 3 y 5 ítems.

Limitar tu lista de tareas te protegerá de sentirte sobrepasado y, una vez hayas completado esas 3-5 actividades, te darás cuenta de cuánto has conseguido.

 

Manifiesto

Escribir tus objetivos es una manera de aclararlos en tu cabeza y de darles importancia. Tu escritura y tu letra son únicas, tienen una belleza y una energía propias que solo tú puedes generar, por lo que es como si al escribir esas palabras hicieras un manifiesto o un acuerdo firme contigo mismo.

Nuestros smartphones son muy útiles pero aférrate a los bolis y a las libretas también. Si se te ha olvidado tu lista en casa ¡no pasa nada!, anota todo en tu teléfono móvil pero no olvides trasladarlo luego al papel. Toma notas a lo largo del día para ir minimizando tu lista de tareas y, cuando llegues a casa por la noche, cuando ya esté todo más tranquilo, prioriza dichas tareas para organizar el día siguiente.

 

¿Qué te parecen estos 5 beneficios de utilizar una lista de tareas? ¿Quieres probar?

 

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Mi camino al éxito Novedades

Conoce a José

¡Y acabamos con la presentación de nuestros colaboradores!

Hoy estamos más que entusiasmados porque os vamos a presentar al último colaborador externo de esta nueva sección que estrenaremos en el blog: “Mi camino al éxito”. Él es un auténtico encanto y, aunque se está estrenando como bloguero, estamos seguros de que os va a encantar todo lo que tenemos que aprender de él.

“Con las pasiones uno no se aburre jamás; sin ellas, se idiotiza.” -Stendhal

En The Gate nos apasiona nuestro trabajo, nos apasiona descubrir el potencial que tienen las personas para alcanzar todo lo que se propongan, nos apasiona trabajar directamente con la gente, nos apasiona ver que los sueños se hacen realidad y nos apasiona que nuestros participantes tengan ganas de conseguirlo. Es por eso que nos gusta ir acompañados en este camino de gente apasionada y dispuesta a dejar huella y hacer un mundo mejor.

José Andrés San Benito Mir

El “blogger” del que hablamos hoy ¡es un portento! Dimos con él a través del networking (el boca a boca de toda la vida) y nos sorprendió su afán de conocimiento y su inquietud intelectual. José, al igual que nosotros, cree en la mejora continua y no sólo se la aplica a sí mismo sino que busca donde haga falta para encontrar nuevas formas de que la gente que trabaja con él se encuentre mejor y practique ejercicio de una manera más efectiva y saludable.

Nombre: José Andrés San Benito Mir.
Edad: 26 años.
Profesión: Nutricionista y entrenador personal.
Sueños por cumplir: Conocer cada rincón de la tierra, aportar mis conocimientos a 
la hora de  cambiar la mentalidad de las personas respecto a la nutrición y al 
ejercicio físico para mejorar su calidad de vida y luchar contra todo aquello que 
nos impide ser libres de verdad.

 

Estamos seguros que aceptó colaborar con nosotros porque es el primer paso a cumplir uno de sus sueños y no tenemos ninguna duda de que sus conocimientos van a cambiar muchas mentalidades y nos van a ayudar a mejorar nuestras vidas. Trabajar con José ha sido todo un lujo, él es valiente, se atreve a probar cosas nuevas y está deseando compartir todo lo que sabe. Le gusta experimentar antes de que se lo cuenten, le gusta analizar y entender las situaciones, no se queda en la superficie y está deseando que la vida le sorprenda.

“Soy quien soy por todo lo que he vivido”-José San Benito.

Desde The Gate queremos agradecerte profundamente tu aportación y estamos impacientes porque nos enseñes cómo has decidido implementar tus funciones como entrenador para que la gente recorra intensamente su camino al éxito. ¡BIENVENIDO al blog de The Gate!

Muy pronto José publicará su primer post, ¡permaneced atentos!