Categorías
Mi camino al éxito

¡Yo también muevo mi cuerpo!

Los chicos de The Gate dicen que el deporte es muy importante para ser feliz y triunfar.

Y yo también lo creo así.

El único deporte que yo practico es bailar y empecé con cinco años. Bailaba flamenco y lo hice muy bien.

Pasó mucho tiempo en Venezuela con mi familia y con con mis padres y, como sabéis, llegué a Alicante y seguí bailando flamenco en una academia de San Juan con dos profesoras que se llaman Lola y Pepa, allí también hice muchas actuaciones.

Después de eso seguí bailando y cuando entré al colegio, allí bailaba flamenco y luego hice Mary Poppins y ¡hasta una jota!

Con mis amigas también hice bailes como el de Chayanne y después de eso hicimos el baile de la película Rey León.

Pasó mucho tiempo, muchos años, y me apunté a Psicoballet con Jessica, la profesora de baile, y con ella hice muchas actuaciones. Ahora, bailo en la Asociación de Síndrome de Down con mis amigos y una profesora que se llama Irene y hago muchas cosas: Zumba, merengue, bachata y salsa, tres días a la semana.

Me despido con mucho amor para todo el mundo.

¡Todos a mover el cuerpo!

Categorías
Mi camino al éxito

El descanso del guerrero

Cuando estamos inmersos en nuestro proyecto, a veces nos dejamos llevar tanto por él, que nos olvidamos de nosotros mismos.

Nos creemos que sólo hay que sufrir y trabajar, trabajar y sufrir.

Y esto es un error. A esta vida no hemos llegado a sufrir. Al llevar a cabo nuestro proyecto, tampoco. (Claro que lo pasaremos mal, pero esto no tiene que ser durante el 100% de todo nuestro trabajo).

 

Durante la creación de mi novela gráfica, si tenía espacios libres donde me permitía descansar, a veces hasta me sentía mal… Tumbarme un rato en el sofá o ver un capítulo de una serie, me hacía sentir como si perdiera el tiempo, como si mi dedicación estuviera siendo malgastada en la nada.

Y como mencionaba anteriormente, esto es un error.

Ya que el mayor potencial de nuestra idea somos nosotros mismos y tenemos que mimarnos.

Estar estresados y cansados continuamente, no ayudará a nuestro proyecto. Hará justo lo contrario, minarlo.

Así que poco a poco aprendí a gestionar mi tiempo y, sobre todo, a gestionar mi mente.

Los tips que me sirvieron (y aún me sirven) son los siguientes:

1.Identificar las horas productivas en tu jornada.

Y aprovéchalas. Hay gente que trabaja mejor de noche y otra de día, es cuestión de ir probando y ver cuáles son tus mejores horas. Yo rindo el doble a primeras horas de la mañana que a últimas de la tarde.

 

2.Silencia el ruido de tu mente.

Es muy importante tener la cabeza tranquila. El estrés es un veneno. Estando estresado lo único que haces es nada. No sirve para nada más que para entorpecer. Practica yoga, meditación, corre, grita… pero silencia ese ruido mental, para descansar bien por la noche.

 

3.Pasito a pasito.

No te agobies pensando en la maratón, alégrate de cada metro recorrido, ya que en caso contrario, ¡se te caerá el mundo encima!

 

Llegará un día que digas: “¡ostia! ¡Si ya he terminado!”

Y ala, ¡a tumbarte a la bartola!

Categorías
Mi camino al éxito

Los demás

¿Formarse o venderse?

Formación.

He conocido a gente realmente buena en un campo específico, les he visto coleccionar títulos y conocimientos como si de cromos se tratase, les he visto dar charlas delante de grandes masas… pero luego fallan en algo que, a priori, es de lo más sencillo: su relación con los demás.

Nutricionistas, entrenadores, corredores de seguros, abogados y prácticamente cualquier persona, hoy en día, tienen algo en común: el contacto directo con la gente.

Y, en gran parte, su éxito profesional dependerá de ese trato.

Estudias y eres una “máquina” para ser el mejor, inviertes muchísimas horas, dinero y dedicación, pones más empeño que nadie… pero te olvidas que para alcanzar lo más alto tienes que ganarte a las personas, tienes que llegar a ellos, si no, jamás te considerarán un referente a seguir ni alguien al que tomar en serio .

Quizá seas realmente bueno, pero no puedes vender absolutamente nada porque careces de empatía, no transmites confianza o no sabes manejarte en un mundo extremadamente competitivo donde tú eres el que debe venderse.

No puedes esperar a que nadie llegue a ti por arte de magia.

 

Marketing.

Sin embargo, también he visto a gente vender humo a raudales y hacerse con la simpatía de la gente sin tener la más remota idea sobre lo que están hablando. Poseen esa especie de don que atrae tanto a las personas que incluso las enamora. Ellos venden su producto incluso más que tú el tuyo.

En parte es injusto y en parte no lo es, la verdad es que sea como sea, así es.

 

Conclusión.

Por ello, no sirve de mucho despuntar con alguna aptitud si tenemos grandes carencias en otras. Debemos intentar no volvernos locos y buscar nuestro propio equilibrio personal y profesional, hará que resulte más fácil igualar la balanza. Somos seres con un potencial casi ilimitado: saber auto-gestionarse, marcar el tiempo de las cosas, saber utilizar nuestros puntos fuertes y, sobre todo, trabajar sobre los débiles, marcan la diferencia entre unos profesionales  y otros, entre unas personas y otras.

 

No impidas que tu éxito se vea afectado por no saber tratar con la gente, trata de trabajar en ello exactamente igual que cuando tratas de adquirir nuevos conocimientos.

Categorías
Psicologia

Sé más grande que tus dudas e incertidumbres

Todos sabemos de lo que hablamos, incluso más de lo que nos gustaría:

Ese sentimiento de que no eres lo suficientemente bueno, que no tienes lo que hay que tener para triunfar o que la siguiente etapa te queda demasiado grande…

Incluso las personas más seguras de sí mismas tienen sus momentos de duda e incertidumbre (porque son inevitables) y tienen la sensación de que dichas cuestiones ocupan todo el espacio de tu cuerpo y de tu mente.

Esta manera negativa de pensar puede venir tanto de fuentes externas como internas:

Quizás han ascendido a tu compañero antes que a ti, o tu grupo de amigos se ha ido de escapada y no te han avisado…

Puede ser que estés observando los cambios en tu alrededor de manera que te asuste lo que viene después para ti…

O puede ser mucho más profundo que eso.

Es probable que hayas crecido y vivido con una creencia errónea sobre ti mismo. Como que eres tonto, feo o una mala persona que no merece respeto o triunfo…

Independientemente de cuál de esas fuentes sea la tuya, tanto la duda como la incertidumbre pueden ser muy destructivas si no sabemos dirigirlas. Hasta pueden desembocar en sentimientos de miedo, enfado, tristeza o soledad.

¡No dejes que la negatividad te gane!

Aquí tienes algunas maneras de hacerte más grande que tus dudas y conectar con tu fuerza y tu resiliencia:

1. Aférrate a la realidad.

Los pensamientos que nos llevan a dudar de nosotros mismos normalmente no están conectados con la verdad: nos olvidamos de quiénes somos realmente. Ese tipo de pensamientos suelen venir por inseguridades o experiencias que van en contra de nuestros logros. Es cierto que no es fácil pensar en lo maravillosos que somos en ese momento de flaqueza, pero podemos prepararnos.

Hazte una tarjeta identificativa, un D.N.I. para momentos “de bajón” que te recuerde tu verdadera identidad y tus mejores capacidades:
  • Mi nombre es...
  • Vivo en...
  • Soy muy buena/o en...
  • Soy único/a y no tengo nada que temer.

2. Respira.

Tómate un momento para echarte a un lado y respirar.

Entiende que la incertidumbre es temporal y que los nervios que tienes no están ahí para hacerte daño sino para ponerte en marcha. Tu destino es sentirte preparado y seguro, la duda dura poco.

3. Escribe tus dudas.

En lugar de permitir que tus pensamientos se enrosquen en tu mente y te alboroten la cabeza…

Dedica algo de tiempo a escribir en pequeños papelitos cada una de tus dudas.

Luego, léelas en voz alta y pregúntate si esa duda te sirve o es real. Si no es así, rompe el trozo de papel y ¡tíralo! Si la respuesta es sí, piensa por qué esa duda te sirve. Este ejercicio puedes hacerlo acompañado de alguien en quien confíes, así podrán darte apoyo, honestidad y ayuda.

4. Confía en ti mismo.

Sin más, confía en ti, sencillamente confía en ti, simplemente confía en ti, porque en tu interior está esa confianza y porque está deseando que accedas a ella para superar cualquier dificultad.

 

Y sobre todo…

 

Dirige tus dudas, son tuyas y puedes controlarlas.

¡Eres más grande que ellas!

 

Categorías
Mi camino al éxito

Supporters

Solo llegarás rápido, con supporters llegarás feliz.

Mi padre, Francisco Artacho, hombre de 55 años (desde el viernes pasado), enamorado de la misma mujer desde hace 40 y con 3 hijos treintañeros (cada uno con su locura de vida): la mayor, servidora, aficionada al triatlón y a las carreras y travesías de larga distancia y con una rotura de clavícula a sus espaldas; Javi, mi hermano, dedicado en cuerpo y alma al mundo de la tele, nómada en ocasiones a causa de tal implicación y con mil aficiones para las cuales, primero se equipa y luego, si eso, las practica; y Sergio, su gemelo, un trotamundos desde hace más de 5 años que va donde el mar le reclama, es instructor de submarinismo y actualmente reside en Maldivas.

Podríamos haber elegido vidas más convencionales, más cómodas… pero entonces viviríamos a medias. Nos gusta el riesgo, sentir que abrazamos la vida con cada paso que damos y si pensamos y actuamos así es porque, si fallamos, les tenemos a ellos: a mi padre y a mi madre, que no dudan en socorrernos y en animarnos de nuevo a seguir tomando decisiones en firme.

El camino lo marcamos nosotros, ellos se quedan tras la barrera dando palmas y gritos alentadores cuando las fuerzas decaen o las dudas surgen.

Este fin de semana fueron los 100km de la TRAILWALKER y el equipo de la empresa participamos en ella. Todo perfecto aunque necesitábamos dos personas que nos acompañaran con el coche y nos abastecerían cada 10-17km para nosotros poder continuar la marcha. Mi padre no dudó en presentarse voluntario para tal papel. Es más, lo repitió en varias ocasiones, lo cual me hizo intuir que no se ofrecía para hacernos un favor, sino que realmente le hacía ilusión pasar más de 20 horas despierto, en el coche de aquí para allá, encargándose de toda la logística… Finalmente vino y junto a Sergi, mi pareja, nos ayudaron a cada paso. Una sonrisa y palabras de apoyo. Eso es lo que recibíamos con cada etapa superada. Pasaban las horas y los kilómetros y, aunque son duros si los recorres andando o corriendo, no imagino qué supone hacerlos en coche y sin dejar que la mente descanse pensando única y exclusivamente en las necesidades de los 4 marchantes, necesidades que cambiaban según el corredor y la hora.

Mientras corríamos, las fuerzas iban desvaneciendo y solo el pensamiento de saber que les iba a ver al terminar la etapa era lo que me daba aliento y ganas de seguir.

Ellos estaban ahí, sin esperar nada a cambio.

Todo fue entrega, optimismo, ánimo y 21 horas sin dormir esperando nuestra llegada. Nosotros decidíamos lo rápido que queríamos ir y los dos supporters aceptaban y apechugaban siempre sonriendo. Ellos se quedarían despiertos las horas que los corredores decidiéramos.

No hay palabras para definir un acto tan altruista y menos cuando los dos, mi padre y mi pareja, son aficionados también a correr y las ganas de echar a andar debieron reprimirlas en muchas ocasiones porque ese no era su papel ese día. Llegamos a meta a las 7AM y estaban ahí, con mi madre, incluso, que había madrugado para recibirnos. Sonreían, aplaudían, gritaban… no dejaron que el cansancio que acumulaban nos quitara el protagonismo. Éramos los 4 los que lo habíamos logrado, los que habíamos corrido 100km sin dormir… pero eran ellos los que hicieron que el camino fuera fácil, los que se prestaron a cualquier faena, los que nos recibían y nos daban apoyo físico y moral, los que no se llevarían una gloria que tampoco pedían.

Este fin de semana ha sido una muestra más de la entrega de mi padre a hacernos felices y apoyarnos tomemos las decisiones que tomemos. Caer no es malo, es imprescindible, pero es más fácil arriesgar si sabes que cuando levantes la cabeza te espera una sonrisa que te empuja a volver a intentarlo.

Gracias papá y feliz cumpleaños.

 

@helarte_barry

@helartedeltriatlon

Categorías
Mi camino al éxito

PARÍS

Yo ya os he hablado de mis sueños cumplidos de mi trabajo y de mi familia, pero también es importante tener premios cuando se trabaja mucho como yo. Así que en mis vacaciones del año pasado (porque es muy importante descansar) hice el viaje de mis sueños.

Mi deseo era ir a Paris y pude cumplirlo.

Fui a la ciudad el amor.
Nos fuimos una amiga mía, mi madre y yo, la fecha fue el día treinta y uno del mes julio hasta el día cuatro de agosto y llegamos a un hotel de lujo.
Vimos muchos sitios y hemos hecho muchas fotos.
Lo primero , fuimos a ver la torre Eiffel y me encantó mucho, después fuimos a otro sitio y era a un parque para descansar de caminar tanto. Nos fuimos a Notre Dame y hemos estado en un crucero por el río, después entramos a una iglesia y me encantó mucho y, cuando se hizo la hora de comer, fuimos a un restaurante súper chulo, luego fuimos a una terraza para tomar un té.
Al día siguiente nos fuimos al Arco del Triunfo y me fascinó mucho y por la noche fuimos a la torre Eiffel otra vez, nos subimos a la segunda planta vimos la vista de todo París y hemos bajamos a cenar, después nos fuimos al hotel para dormir.

 

Otro día, fuimos a Disneyland Paris y vi a Pluto y a Goofy que me firmaron mi libreta, luego a Minnie, que también me firmó y me hice fotos en los dos sitios.

Estuve con Mickey, me firmó y me hice fotos y luego hemos ido a la cabalgata de Frozen que me encantó mucho. Más tarde fuimos a otra cabalgata que salían todos los personajes y me fasicinó mucho y fuimos a un teatro de Star Wars que me encantó.

Otro día estuvimos en una iglesia que vi por dentro y hemos hecho muchas fotos. Más tarde fuimos a ver el Moulin Rouge y me encantó mucho y fuimos a comer hamburguesa de patata, steak tartar y queso, ¡estaba buenísimo!

Ir a París fue una oportunidad y otro sueño cumplido y estoy deseando tener vacaciones otra vez para irme de viaje a más sitios y aprender muchas cosas nuevas.

Me despido con mucho cariño y también amor.

Categorías
Mi camino al éxito

Disciplina y más disciplina

Cuando empezamos nuestro proyecto, el espacio-tiempo se nos suele echar encima. Y pese a la perseverancia, vemos que el momento de cosechar… está muy lejos.

¿Y qué podemos hacer?

A menos que se haya inventado la máquina del tiempo y yo no me haya enterado, no puedes hacer nada más que trabajar y trabajar. Es el tiempo de siembra.

 

Y no es un tiempo fácil, ¿o piensas que el agricultor que salía al campo a las 5am a poner las semillas, llevar al burro, arar la tierra, etc. no se cansaba?

Este agricultor sabía que si para el verano quería recoger tomates, sandías y melones, tenía que levantarse a las 5am día sí y día también. Sabía que requería de una disciplina y, que si no cumplía con esos mínimos, seguramente a su cultivo se lo comerían los pulgones, o morirían de sed si no se regaban todos los días…

 

Con lo cual debemos tener en cuenta que:

El plan de trabajo y nuestra disciplina para llevarlo a cabo es tan importante como nuestra idea.

La llamada ejecución del proyecto.

Porque… ¿de qué nos sirve nuestra idea, si no tenemos disciplina para llevarlo a cabo?

 

¿Qué suele pasar entonces?

Que abandonamos un proyecto que no avanza.

 

Planifica tu trabajo, sé consciente de cuánto tiempo tienes que invertir al día y luego cumple esos objetivos diarios. Es mucho mejor ver que tu proyecto avanza día a día, que sólo en la meta final. E incluso para hacer la siembra más llevadera, a partir de 5 objetivos cumplidos, prémiate. No todo tiene que ser sufrimiento, que para eso estás invirtiendo en tu proyecto. Es más, al igual que para la gran alegría y bendición de la agricultura, cuando se inventó el regadío, el pobre señor no tenía que regar planta por planta, ¿puedes encontrar alguna solución mejor en tu proyecto? No hay que cerrarse puertas en cuanto a la forma de ejecutar nuestras ideas.

 

Cómo dijo el gran Frank Underwood en House of Cards:

“-¿Cómo se devora una ballena?

-Bocado a bocado”

Así que… ¡mucho ánimo con vuestra ballena particular!

Categorías
Mi camino al éxito

First step

Un pequeño paso puede suponer un gran cambio si sabemos como darlo.

La mayoría de las personas que entran a un gimnasio es porque buscan mejorar algo en ellos mismos que no pueden hacer en otro lado. Fácil y simple.

Casi siempre, todos esos objetivos que tratan de alcanzar son puramente estéticos, pocas veces se parte de la base de encontrar un fin saludable, lo que por desgracia conlleva a un estado de crispación entre aquellos que practican algún deporte cuando ven que no alcanzan aquello que creían que iba a costarles algo de dinero, y un poco de dedicación.

Gran error.

Lograr un cuerpo “perfecto” solamente está al alcance de unos poquitos privilegiados. Intervienen muchísimos factores y, aún dedicándole todo el tiempo del mundo, será prácticamente imposible alcanzarlo. ¿Cuál es el problema? ¿Qué estás haciendo mal ? La respuesta es fácil… te lo has tragado. Te has creído que con un poco de gimnasia ibas a ser como aquel o aquella modelo de revista que luce impecable en las portadas de todos los kioscos o como esos actores y actrices que aparecen en las películas con cuerpos que parecen estar esculpidos por el mismísimo Miguel Ángel.

Un ilusionista solo deja que veas aquello que él quiere y oculta todo lo demás.

Podríamos decir que vivimos de acuerdo a una serie de estereotipos definidos por la sociedad, una sociedad que se comporta constantemente como ese gran ilusionista que trata de dejar a su paso un gran show. Puedes seguir buscando la gallina de los huevos de oro, el santo grial o el método que sea capaz de actuar como la panacea universal; sin embargo, la vida no es ni blanca ni negra, suele tener una tonalidad algo más gris.

No puedes dejarte vencer por aquello que no puedes lograr porque quizás esos objetivos siempre fueron irreales. Hoy en día te han hecho creer que todo depende de ti mismo y, en parte, está bien porque te da el coraje para intentarlo, pero también tiene su parte de crueldad ya que esa no es la realidad. Hay cosas que no podemos lograr y ello no debe de condenarnos al fracaso, todo lo contrario. Deberíamos de sentirnos orgullosos por haber dado el máximo de nosotros mismos y haber alcanzado aquello que sí estaba en nuestra mano.

La próxima vez que vayas a un gimnasio, no te desanimes al poco tiempo de empezar si no consigues ese objetivo que tenías en mente cuando viste a alguien al que te querías parecer. Piensa que puedes mejorar algo que es único e irrepetible: te puedes mejorar a ti mismo.

Ve para mejorar no solamente a nivel estético sino también funcional. Despeja tu mente, corrige tu postura, elimina cualquier tipo de molestia que te afecte en tu día a día y, sobre todo, pásatelo bien para que cuando salgas de allí quieras volver al día siguiente.

Si consigues que tu práctica deportiva no te suponga un estrés añadido sino que te ayude a mejorar en tu trabajo, te haga mejor persona, mejor amigo y mejor pareja, ese pequeño paso habrá valido la pena.
Categorías
Mi camino al éxito

Sueños cumplidos

Ahora que ya me conocéis y que os he contado muchas cosas íntimas mías, quiero contaros cosas que me pidieron Anna y Adrián de The Gate, para que veáis que mi vida está llena de muchos éxitos y que he conseguido muchas cosas que yo quería conseguir.

Hoy voy a hablaros de mis sueños cumplidos.

Desde pequeña yo tenía muchos deseos que quería cumplir y yo los cumplí todos mis deseos.

Lo primero es que tengo una familia genial en Venezuela y también bailaba flamenco y tenía un yate que se llama “Samanthamar”.

Estudié en un colegio que se llama “Valle Abierto”, pasó mucho tiempo y me fui a Alicante y estudié en un colegio que se llama “Voramar” con mis chicas y muchos amigos.

Cuando acabé el colegio, pasé al instituto “Cabo de las Huertas” y cuando acabé cuarto de la E.S.O. tuve un título firmado por el Rey de España.

Luego pasé a la Asociación Síndrome de Down y gracias a Paola conseguí trabajo hace ocho años y tres meses que era mi deseo desde que era pequeña: trabajar en un supermercado.

¿Cómo yo lo hice para conseguir mis sueños? Pues lo primero, trabajar mucho y practicar mucho, después esforzarme mucho para que los demás vean que yo soy capaz, y hasta ahora que yo sigo siendo muy trabajadora y quiero seguir cumpliendo mis objetivos.

Me despido con muchos abrazos para todos y mucho amor.

“¡Los sueños se cumplen!”

Categorías
Psicologia

¿Estoy triunfando? ¡Qué miedo!

Leamos este pequeño cuento:

“Jonás era un hombre bueno que había sido escogido para una misión en Nínive. Nínive era una ciudad donde habían personas muy malas y Jonás debía ir allí para que los habitantes de esa ciudad cambiaran su forma de ser. Pero Jonás, a pesar de ser un hombre bueno, decidió huir en un barco hacia otro lugar en dirección opuesta porque le daba miedo ir a Nínive.

Sin embargo, el barco donde iba pasó por una gran tormenta. El barco se mecía muy fuertemente de un lado para otro, hasta que Jonás se dio cuenta de que había hecho mal en huir y que la tormenta era consecuencia de ello. Entonces Jonás saltó al mar e inmediatamente se calmaron las aguas.

Pero ocurrió algo inesperado. Jonás fue tragado por una ballena y, muy asustado, empezó a reflexionar sobre lo que había sucedido y se dio cuenta de que escapar del propio destino no es una opción.

Tras tres largos días dentro de la ballena y, tras haberse dado cuenta de su gran responsabilidad y de su capacidad para afrontarla, Jonás por fin fue arrojado por el pez en una isla y cumplió con su cometido de ir a Nínive.”

¿Qué reflexión podemos extraer?

Es muy común, aunque no lo creamos, que en algún momento de nuestra vida o de nuestro proyecto profesional nos topemos con un miedo: el miedo al éxito, el miedo a la grandeza, el miedo a que las cosas triunfen o a que vayan bien.

En realidad, este miedo tiene lugar porque no somos conscientes de nuestra propia capacidad para desarrollar todo nuestro potencial.

“¿Y si la gente piensa que soy soberbio por creerme que soy capaz? ¿Y si estoy siendo demasiado optimista y, en realidad, mi idea no es tan buena? ¿Y si realmente soy demasiado joven para llevar a cabo este proyecto? ¿Y si considero que estoy más preparado de lo que estoy? ¿Y si no se entiende?”

Nos suenan y nos resuenan todas estas dudas, ¿verdad? Efectivamente, es normal que nos planteemos un millón de cuestiones antes de lanzarnos al mar pero éstas no deben definir ni cuestionar nuestras capacidades, nuestras habilidades o nuestros talentos. Si dejamos que así sea, en lugar de aceptar nuestro destino y disfrutar de nuestra grandeza, nos orientaremos a la mediocridad y al fracaso haciéndonos creer a nosotros mismos que somos incapaces.

Aún así, ¡no desesperes! Es normal que esto nos haya ocurrido en algún momento porque el ser humano teme, por naturaleza, a los extremos. Maslow, un psicólogo muy conocido, aseguró que, igual que tememos a lo peor de nosotros mismos, también nos da miedo lo mejor de nosotros mismos, nuestro alto rendimiento. Él dice que, por supuesto, disfrutamos y hasta nos sorprendemos con nosotros mismos cuando logramos algo, alcanzamos un objetivo o tenemos un éxito, lo que hace que nos sintamos poderosos, talentosos e invencibles. Sin embargo, esas sensaciones suelen venir acompañadas, en seguida, de debilidad o miedo a que “no dure para siempre”, “no vaya a volver a pasar” o “haya sido suerte o casualidad”.

¿Y qué podemos hacer para deshacernos de ese miedo?

SER GENEROSOS.

¡Sí! Ser generosos con nosotros mismos y con el mundo entregando siempre la mejor versión posible, funcionando al más alto rendimiento utilizando todas nuestras habilidades y capacidades.

En realidad, todos podemos ser mejores de lo que somos, todos podemos funcionar mejor de lo que funcionamos y todos podemos alcanzar un nivel óptimo de realización y rendimiento. Únicamente debemos reconciliarnos con nuestros talentos, aprender a admirarlos y estar orgullosos de sus resultados.

¿Quieres conseguirlo?