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Empresarias con éxito=Mujeres deportistas

“El deporte te enseña que no puedes permitir que tus triunfos te vuelvan complaciente ni dejar que tus miedos te impidan desarrollarte”-Shavannia Williams.

Tras unos juegos olímpicos en los que las deportistas españolas han tenido actuaciones realmente deslumbrantes me planteo: si son capaces de alcanzar el éxito deportivo, ¿serán capaces de alcanzar el éxito en todos los ámbitos de sus vidas? Y me hago la misma pregunta en el sentido contrario: ¿puede una mujer con éxito profesional sacar algún beneficio de la práctica deportiva?

Es de sobra conocido que el deporte (sobre todo de equipo) nos dota de habilidades sociales que pueden favorecer la creación de nuevos contactos o de nuevas relaciones profesionales. Además, está comprobado que algunos de los mejores acuerdos profesionales son aquellos sellados en vestuarios o conversaciones casuales en un entorno deportivo.

Pero no sólo eso, las mujeres también podemos favorecer nuestras habilidades empresariales a través del deporte aprovechando que una de las consecuencias más directas de su práctica es la mejora en la confianza en nosotras mismas. ¿Quién no ha necesitado autoconfianza para poder comportarse con más seguridad a la hora de hablar con autoridad o para dar un buen apretón de manos?

“Cuando una atleta convertida en ejecutiva quiere dejar algo en claro, lo logra”-Karlyn Lothery.

El deporte nos dota de una resistencia que nos permite aprender a caer y volver a levantarnos y, a su vez, nos da las herramientas para averiguar qué están haciendo los equipos o deportistas ganadores y qué entrenamiento nos hace falta a nosotras para mejorar nuestro rendimiento. La mejora continua y el afán de superación son sinónimo de éxito en el deporte y en la empresa.

Otro de los aprendizajes más importantes que nos proporciona la práctica deportiva es que la competición no es mala y que querer ganar tampoco lo es. Luchar para alcanzar el éxito o llegar a la cima son características que no tienen género y ser ambiciosas nos acercará a formar parte de un equipo ganador.

“Las mujeres que quieren ganar son consideradas, a veces, como brujas. A un hombre ansioso por ganar se lo considera un ganador”-Sheila Wellington.

Establecerse metas y alcanzarlas no sólo nos genera la confianza mencionada anteriormente sino que también nos enseña el valor de tener un objetivo y de conseguirlo con esfuerzo y determinación. La disciplina y la voluntad son valores fundamentales para llegar a cualquier meta y, si inculcamos la práctica deportiva en niñas desde edad temprana, tendrán dichos valores integrados en la edad adulta y contarán con la energía física que requiere trabajar duramente durante horas.

El ámbito empresarial es duro, pero si ponemos en práctica las técnicas que un deporte competitivo nos enseña, tendremos más probabilidades de triunfar.

Y chicas, os aseguro que ganar y triunfar está genial.

 

 

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¿Qué es un equipo de alto rendimiento y cómo puedes formar parte de él?

“Ambición, afán de superación, trabajo en común y la pasión que se pone en lo que se hace son los ingredientes fundamentales para tener éxito.”

-Alejandra Quereda, capitana del equipo español de gimnasia rítmica.

¿Cómo podemos crear equipos de alto rendimiento (EAR), liderarlos y desarrollar a las personas que los conforman para que sobresalgan?

El papel del líder en los equipos es fundamental, tanto cuando las cosas funcionan bien como en los momentos críticos. Un líder debe transmitir la urgencia adecuada y aportar seguridad al equipo, nunca estrés. Según Rosa María Sanz, directora general de personas y recursos de Gas Natural Fenosa, si un gestor es capaz de ver las cosas con perspectiva y expresar sencillez a la hora de comunicarlo, lo anterior viene rodado.

Las cinco “C”: Confianza, Complementariedad, Comunicación, Cooperación y Compromiso.

Un maravilloso ejemplo de EAR es una orquesta, en ella los músicos trabajan como si fueran uno y el director no es un jefe convencional, dirige al grupo contribuyendo con su habilidad y talento. Además el líder de un equipo de alto rendimiento, no solo debe potenciar los cinco ingredientes arriba mencionados, sino que tiene que contar con ciertos valores que debe transmitir a su equipo: tenacidad, fuerza, tolerancia a la frustración, experiencia y afán de superación. Sólo si se dan estas cualidades y el líder y su equipo tienen un objetivo común, estamos hablando de un EAR.

Un EAR es un equipo “que brilla más que la suma de los individuos. Es un equipo conectado intelectual y emocionalmente, cohesionado, con visión compartida y co-responsabilidad”

-María García, directora del Programa de Dirección en Coaching Ejecutivo del IE Business School.

Conocer tu rol en el equipo y aceptarlo es fundamental para que conectes con tus fortalezas y tus motivaciones y puedas dar la mejor versión de ti mismo. A su vez, saber que tus aportaciones tienen un efecto en el desempeño del equipo y celebrar los éxitos pública y privadamente, te dará un extra de motivación.

Opiniones, hábitos y ego.

En un equipo de alto rendimiento todos los miembros deben ser capaces de manifestar sus opiniones sin pudor dado que en un EAR existe la confianza plena tanto para la toma de decisiones como para los errores. Además, el objetivo común pesa más que las posibles antipatías de los miembros del equipo dado que prima la profesionalidad.

Para que consideremos a un equipo como un EAR, es necesario que sus miembros compartan ciertos hábitos de conducta: las ganas de superar las expectativas de los compañeros, la búsqueda de la excelencia personal y del equipo, la responsabilidad en el cumplimiento de las tareas y la empatía al dar ánimos al resto de miembros del equipo, son sólo unos de ellos.

En un EAR no hay cabida para comportamientos o hábitos nocivos ya que dificulta la consecución de objetivos. Es fundamental eliminar el concepto de colaboración para pasar a hablar de cooperación, donde no hay egos ni objetivos individuales, sino objetivos comunes y generosidad.

 

¿Y tú? ¿Formas parte de un equipo de alto rendimiento?

¿Quieres conseguirlo?

 

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¿Cómo puede ayudarte un psicólogo deportivo?

El deporte evoluciona diariamente, va por ciclos y, hoy en día, no cabe ninguna duda de que estamos en un ciclo de desarrollo y asentamiento de la práctica deportiva en la sociedad.

No hay nadie que dude de la importancia del bienestar psicológico de los deportistas, ¿verdad?

El funcionamiento psicológico tiene la capacidad de influir en el funcionamiento físico, técnico y táctico de cualquier persona relacionada con el mundo del deporte, dado que tienen un alto nivel de exigencia tanto en la competición, como en los entrenamientos, como en las relaciones interpersonales (dentro y fuera de la práctica deportiva).

Alcanzar el nivel óptimo de funcionamiento es fundamental para los deportistas y la aportación de un psicólogo del deporte es tan esencial como la del preparador físico o el fisioterapeuta ya que una de las características principales de los profesionales del deporte, es el conocimiento de que los deportistas necesitan servicios complementarios para mejorar su actuación en los campos, o encontrar soluciones ante problemas que se deriven de la práctica deportiva.

Según Beswick, la psicología del deporte tiene una tarea fundamental “dotar de más ayuda para los jugadores desde el punto de visto mental y emocional, mejor entrenamiento desde los inicios para saber lidiar con la presión y el estrés propios del deporte, más trabajo en el carácter en contraposición del talento.”

Si no eres deportista profesional, estás leyendo esto y piensas que no tiene nada que ver contigo, no es así, sigue leyendo…

Los ámbitos de aplicación de la Psicología de la Actividad Física y el Deporte son diversos; la psicología deportiva tiene como áreas de trabajo el deporte de rendimiento, el deporte base y la iniciación temprana, el deporte de ocio y tiempo libre, el deporte en poblaciones con necesidades específicas (discapacitados, tercera edad…) y organizaciones deportivas. Además, las diferentes tareas del psicólogo deportivo pueden desarrollarse tanto en deportes de equipo como en deporte individual.

Con lo cual, el psicólogo podría realizar entrenamiento psicológico tanto con entrenadores como con deportistas entrenando habilidades como la motivación, la atención o la concentración para lograr la excelencia en las competiciones deportivas, ya sean competiciones profesionales o una 10k popular.

Si tienes un objetivo deportivo, necesitarás una planificación adecuada: diseñar y dar pasos adecuados para conseguir objetivos, darte auto-instrucciones que te ayuden a iniciar y mantener la acción, y controlar el estrés y la atención, ¿verdad?

Pues un psicólogo deportivo puede ayudarte con eso: realizando un entrenamiento en imaginación, aliviando el agotamiento emocional o apoyándote en la recuperación de alguna lesión.

El rendimiento, no es sólo producto del entrenamiento, también es producto de la actitud y el carácter y el apoyo que te va a proporcionar un psicólogo no va a ser que trabajes más, sino que trabajes más fácilmente.