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¿Miedo a perderte algo?

¿Alguna vez has sentido que el tiempo vuela y que estás continuamente en marcha? Las obligaciones laborales y familiares combinadas con la vida social, pueden generar días completos de compromisos e incluso estrés (y en estas fechas festivas que se acercan, incluso más). Si eres de los que se dice a sí mismo “la vida son dos días”, puede que te resulte complicado rechazar planes u oportunidades de conectar con los demás.

Esto es lo que se llama FOMO: Fear Of Missing Out en inglés, que sería algo así como el miedo a perderse algo.  Podría parecer una cosa buena porque te empuja a estar activo y te ayuda a mantenerte en contacto con tus allegados pero, desgraciadamente, esta urgencia de estar con todo el mundo en todas partes tiene consecuencias negativas para tu bienestar.

¿Qué podemos hacer?

 

1. Las redes sociales te engañan.

Tanto Facebook como Instagram quieren enseñarte lo que te estás perdiendo cuando optas por no acudir a ciertos sitios o eventos. Es la versión virtual de poner el dedo en la llaga: ¡todo el mundo está feliz y sonriente!

Recuérdate cada cierto tiempo que la gente sólo publica sus mejores fotos, no es la realidad de su vida.

 

2. Prueba el “maravilloso no”.

Si al miedo a perderte algo le sumamos que te gusta agradar y satisfacer a los demás, entonces decir que no puede parecer imposible, ¡pero no lo es! No hay nada malo en decir que no y puede ser la mejor manera de auto-cuidado.

Recuerda que puedes ser un buen amigo o familiar aún estando cansado y estresado; quedarte en casa descansando puede ser una de las mejores formas de ser buen amigo.

 

3. Ten amistades valiosas.

Es un buen ejercicio escribir las actividades que has realizado en el último mes y las personas con las que has estado. Tras hacerlo pregúntate: “¿Estas personas me llenan? ¿Me apoyan e inspiran?”.

Si es que no, puedes decidir invertir tiempo en que así sea enriqueciendo tu amistad, o decidir reducir las interacciones. Enriquecer tus relaciones te llenará de energía en lugar de quitártela.

 

4. Cambia tu perspectiva.

¿Qué pasaría si, simplemente, pudieras sentirte contento por aquéllos que se lo están pasando bien aunque sea sin ti? Esto puede ser poco natural al principio, pero es algo que podemos practicar.

Intenta repetirte a ti mismo: “Estoy feliz de tu felicidad”.

 

5. Presencia plena.

Se habla mucho del mindfulness y de sus beneficios y es que también puede ayudarnos a reducir el FOMO. ¿Y si intentamos centrarnos en lo que estamos haciendo en lugar de imaginarnos cómo sería estar en el evento que nos estamos perdiendo?

Si estás en el sofá tomándote un té, intenta oler el arome de la infusión, intenta sentir lo cómodo que estás, intenta sentir agradecimiento por poder descansar e irte temprano a la cama o, simplemente, intenta respirar profundamente y disfrutar del momento actual.

 

Decíamos antes que se acerca una época de muchos planes, ¡ojo con el FOMO que está al acecho! Intenta seguir las sugerencias anteriores y cuéntanos qué tal te han ido.

 

¿Quieres conseguirlo?