Categorías
Novedades Psicologia

¡Qué curioso!

“Prefiero que mi mente se abra movida por la curiosidad a que se cierre movida por la convicción”

-Gerry Spence.

Desde que nacemos, lo que nos lleva a crecer, evolucionar, aprender, adaptarnos a los cambios y afrontar la novedad es nuestra curiosidad. La curiosidad es inherente al ser humano aunque no todos la vivimos igual: hay quien es curioso en cuanto a adquirir conocimiento, hay quien es curioso en cuanto a saber acerca de la vida de los demás y hay quien es curioso con respecto a saber el funcionamiento de algo en concreto.

¿Eso quiere decir que todo tipo de curiosidad nos sirve para lo mismo? No. Si quieres saber más acerca de los beneficios de mantenerte curioso, echa un vistazo a este eBook.

Kashdan y sus colaboradores nos hablan de varios subtipos de curiosidad que pueden ayudarnos a resolver mejor los conflictos y tomar mejores decisiones.

 

Dimensiones de la curiosidad:

1. Exploración alegre.

Es lo que conocemos normalmente como curiosidad, el reconocimiento y deseo de buscar nuevo conocimiento e información, y la posterior alegría de aprender y crecer.

2. Sensibilidad a la carencia.

Esta dimensión tiene un componente emocional distinto, más que alegría, aparecen la ansiedad y la tensión al intentar gestionar ideas complejas o abstractas, solucionar problemas o reducir brechas de conocimiento.

3. Tolerancia al estrés.

Esta dimensión nos ayuda a incorporar la duda, la confusión, la ansiedad y otras formas de estrés que nacen al explorar eventos nuevos, inesperados, complejos, misteriosos o confusos.

4. Curiosidad social.

Es querer saber lo que otras personas están pensando y haciendo, observando, hablando o escuchando conversaciones.

5. Búsqueda de emociones.

El deseo de tomar riesgos físicos, sociales y financiaros para adquirir experiencias variadas, complejas o intensas.

 

Personas curiosas:

Además de estas dimensiones, también se diferencian cuatro tipos de personas curiosas.

1. Los fascinados.

Puntúan alto en todas las dimensiones de curiosidad, sobre todo, en la exploración alegre.

2. Los solucionadores de problemas.

Puntúan alto en la sensibilidad a la carencia y medio en el resto.

3. Los empáticos.

Tienen mucha curiosidad social y media curiosidad en las otras dimensiones.

4. Los evitadores.

Puntúan bajo en todas las dimensiones, en especial en tolerancia al estrés.

 

En conclusión, la curiosidad es bastante más sofisticada de lo que pensamos y conocemos. Sólo con conocer mejor esta complejidad ya podemos hacerle justicia cultivando la curiosidad en nosotros mismos, nuestros trabajos y los colegios (para incorporarla en las futuras generaciones).

¿Y tú? ¿Qué dimensiones de la curiosidad tienes más desarrolladas? ¿Qué tipo de curioso eres? Desarrolla aún más tu curiosidad aquí.

 

¿Quieres conseguirlo?

 

Photo by Bing Han on Unsplash
Categorías
Psicologia

Por qué ser auténtico es tu clave para el éxito

Nacemos con un propósito que alcanzar, como si nuestro alma tuviera una personalidad propia y un plan que ejecutar aquí en la tierra. Este es nuestro verdadero ser, lo que el alma irradia y disfruta. Lo que pasa es que muy a menudo nuestros padres, la sociedad, nuestros profesores, etc. tienen otros planes en mente para nosotros y, en este proceso, nos volvemos más y más programados olvidándonos de nosotros mismos y, lo que es peor, temorosos de mostrarnos.

La autenticidad es la clave para atraer lo que queremos en la vida, es un imán que nos dirigirá a la gente y a las experiencias correctas y, en consecuencia, al éxito.

 

Alma VS. Ego

El alma (o como quieras llamarlo) es la forma más auténtica de nosotros mismos aunque no siempre le hacemos caso.

¿Escuchas a tu alma cuando te dirige hacia una experiencia o persona?

El ego, en la mayoría de los casos, interviene para decirnos que es una tontería o que los demás pensarán esto o aquello… ¿Por qué? Porque al ego solo le preocupa ser aceptado y gustar, ¡es su trabajo principal! El ego quiere sobrevivir, ser alimentado y encajar dondequiera que vamos y, además, al ego le encantan los estándares de la sociedad porque es un “Libro de normas” fáciles de seguir para asegurarnos de que seremos vistos y bien valorados.

El alma, por otro lado, no tiene miedo a gustar o no gustar, tiene la verdad absoluta sobre nuestro poder, nuestra felicidad y el amor incondicional, puede sentir cuando las experiencias son profundas o superficiales y, además, es la parte más intuitiva de nosotros mismos por lo que puede llevarnos a vivencias auténticas si le dejamos liderar.

¿A quién vas a darle el poder hoy?

 

Los juicios

Cuando empezamos a conectar con nuestro verdadero ser y a actuar en función de él, ya sea por necesidad de aceptación, de inclusión o de complacer a aquellos que queremos, los juicios acaban apareciendo. A veces, los de nuestro alrededor juzgarán porque estamos incorporando actitudes, pensamientos o emociones a nuestras rutinas que son nuevos o que eran desconocidos para ellos, pero ¡no es culpa tuya! Todos necesitamos un periodo de adaptación y ellos también lo necesitarán.

Desafortunadamente, dependiendo de ciertas situaciones o temas, existe la posibilidad de que alguien decida alejarse de tu vida por los cambios que has incorporado (la mayoría de las veces es porque están demasiado asustados de ser juzgados ellos mismos).

La gente puede decidir excluirse de la vida de alguien si esta persona ha hecho público su punto de vista, su opinión o sus actos en temas como las tendencias sexuales, la religión, la política o causas activistas, sobre todo si es contraria.

La elección de seguir siendo auténtico o seguir perteneciendo al grupo es nuestra y es totalmente personal pero… si estamos recibiendo amor por no ser nosotros mismos, ¿cómo de real es ese amor? Hay mucha más gente en el mundo que amará nuestra versión más auténtica e íntima.

 

La autenticidad es amor propio.

Muchas veces la gente se pregunta que cómo alguien con mucho dinero puede sentirse infeliz o cómo alguien que es muy querido por la gente no se quiere a sí mismo. La única respuesta a esas preguntas es: ni el uno ni el otro están siendo auténticos.

La autenticidad no sólo nos provee de éxito y felicidad cara al exterior, también nos provee de un nivel muy profundo de amor propio: saber quiénes somos pero también compartir quienes somos libremente con el mundo.

 

4 formas de ser más auténticos

Intenta estos sencillos pasos para empezar.

1. Actúa en función de cómo te sientes.

Atraviesa las dificultades que te ponen el ego y el miedo para expresar tu opinión, tus sentimientos y cómo un determinado tema te afecta a nivel personal. Incluso si no tienes muy clara la teoría o no estás muy puesto en el tema del que se está hablando, siempre puedes recurrir a cómo te hace sentir: “No estoy muy seguro de esto, ni sé cómo sentirme, pero no me está siendo agradable o siento que no estoy de acuerdo”

2. Deshazte del miedo a la vulnerabilidad.

Muchos de nosotros hemos creado muros de protección a nuestro alrededor (es lógico, nadie quiere salir herido), pero deshaciéndote de ellos verás como la seguridad en ti mismo crecerá con el tiempo y, antes de que te des cuenta, la gente se sentirá a gusto con quien eres porque tú te sentirás a gusto con quien eres.

3. Nada está grabado en piedra.

A medida que evolucionas, aprendes y expandes tu conciencia, tus opiniones también se expanden. ¡Tienes derecho a evolucionar! Con esa evolución vienen nuevas maneras de pensar y acostúmbrate porque van a cambiar muchas veces a lo largo de tu vida.

4. Acéptate como un líder.

Tu voz y tu serenidad (que aumentarán) inspirarán a los demás a hacer lo mismo. Esto es porque tu energía cambiará y la gente empezará a notar tu autenticidad que les hará sentir cómodos a tu alrededor. Acepta este rol y serás capaz de difundir alegría y positividad ¡solo por ser tú!

 

¿Quieres conseguirlo?

 

Photo by Marc-Olivier Jodoin on Unsplash